Un grupo de arqueólogos argentinos descubrió en Corrientes la presencia de propiedades magnéticas en un conjunto de cerámicas, que datan de tiempos coloniales, y que generó sorpresa. Varias de ellas fueron localizadas en la ciudad de Itatí, una zona donde existió una vieja aldea indígena, a la que se le atribuye un comportamiento antropófago.
Los especialistas Fabián Bognanni y María de Haro de la Universidad Nacional de Luján (UNLu), determinaron que varios de los fragmentos de cerámicas hallados poseían propiedades magnéticas evidentes macroscópicamente. El método de cocción y ciertas características del suelo aparecen como posibles respuestas, según publicó el diario El Litoral.
El hallazgo de las propiedades magnéticas se dio de forma expeditiva, aunque arrojó resultados concluyentes. Los especialistas acercaron un imán cerámico de uso cotidiano a las piezas y observaron en buena cantidad de casos que las cerámicas eran afectadas por el campo magnético.
Bognanni y María de Haro resaltaron que la alta temperatura que se genera para cocer la arcilla y transformarla en cerámica es la clave. Señalaron que el calor, de esta forma, es un generador y potenciador de una “magnetización remanente”, que aumenta la propiedad magnética natural de las arcillas utilizadas.
Los arqueólogos publicaron los primeros resultados de la investigación en la revista científica Nailos, Estudios Interdisciplinares de Arqueología. Allí, presentaron el trabajo bajo el nombre de “Estudio preliminar de la cerámica hallada en la costa de Itatí, Corrientes (Argentina). Caracterización y principales discusiones”.
Los investigadores analizaron 504 piezas de varias zonas del margen izquierdo del río Paraná, en el departamento de Itatí. Hallaron propiedades magnéticas en 33 de ellas (6,54%). En concreto, identificaron características de esta naturaleza en 16 restos en Tabacué, diez en Tres Marías, cuatro en Yaguarí y tres en la playa de Itatí.
Un grupo de científicos analizó más de 500 restos de cerámicas con una propiedad magnética. EL LITORAL - Corrientes
Bognanni y María de Haro llevaron a cabo la investigación a partir de simple imán cerámico, por lo que no descartan que el número de piezas con esta propiedades sea más grande, en caso que se utilicen métodos más precisos. “Es posible que el conjunto cerámico con propiedades magnéticas sea mayor si utilizamos imanes más potentes (por ejemplo, de neodimio) u otros métodos de medición más precisos”; manifestaron.
Los especialistas del Programa de Arqueología Histórica y Estudios Pluridisciplinarios, del Departamento de Ciencias Sociales de la UNLu consideran que aún se debe profundizar en la investigación. Según expresaron, sería importante identificar si las piezas obtienen ese magnetismo a partir de una transferencia de propiedades físico-químicas de los suelos de la zona, o si, por el contrario, la adquieren durante la cocción en el proceso de manufacturación.
“Estos suelos poseen características principalmente ácidas y son franco-arenosos a franco arcillolimosos y con drenaje imperfecto. En algunas zonas hay suelos salino-sódicos de pH elevado, aunque en general, se caracterizan por la deficiencia de fósforo y sodio. Estos suelos se destacan por su color rojizo, a causa de que la tierra está constituida por un mineral denominado laterita, compuesto por aluminio, sílice y gran cantidad de óxido de hierro, que le otorga estas distintivas tonalidades”, señaló El Litoral.
Las piezas analizadas fueron recolectas en el mismo lugar donde se presume que se asentó la primera misión franciscana en la zona. De hecho, hubo un segundo intento de instalación en 1615, que fue el que dio lugar a la ciudad de Itatí.
Para los investigadores, la profundización del magnetismo en las cerámicas puede abrir un campo amplio de indagación. Bognanni y María de Haro consideraron un desafío la identificación, en primera instancia, de las fuentes de materias primas de la alfarería utilizada. Pero, además, los avances en este sentido pueden ser útiles para la realización de dataciones basadas en técnicas arqueomagnéticas.
¿Antropófagos?
En la zona de Itatí, donde fueron halladas las piezas analizadas, residió, antes de la llegada de los españoles, una vieja aldea indígena, a la que se le atribuía practicar la antropofagia. Posiblemente pueda tratarse de la comunidad liderada por un cacique legendario conocido como “Yaguarón”.
La comunidad liderada por Yaguarón fue descripta en crónicas históricas como consumidora de carne humana. Así se desprende de textos escritos por Luis Ramírez, uno de los cronistas que participó de la expedición que el explorador Sebastián Caboto realizó sobre el Río Paraná en 1527, según consigna El Litoral. Ramírez llegó incluso a llamar como “traidores” a la comunidad.
Si bien varios analistas consideran que el pueblo del Yaguarón tuvo un vínculo cultural con distintos grupos guaraníes, la evidencia aún no es concreta. Algunas tejas musleras, supuestos proyectiles de piedra y bolaños encontrados permitirían sostener esa hipótesis, pero aún se considera que restan líneas de investigación por desarrollar.
La Nación
Foto: Mauro V. Rizzi y Marcelo Manera