Vivir en el presente puede ser una forma de estar en el mundo que resulte plena, positiva y enriquecedora. Sin embargo algunas personas se ven abocadas a repetir una y otra vez sus errores del pasado y se sienten atrapadas por momentos y situaciones que en realidad les gustaría dejar atrás. ¿Es posible avanzar cuando sientes que el pasado te ahoga? ¿Por qué nos quedamos atrapados en algunos momentos de nuestra vida? Según explica Damian Murga, psicólogo de Mundopsicologos.com, lo deseable sería lograr que el recuerdo nos acompañase de la manera más adaptativa posible y que lo pudiéramos transformar en una herramienta más que nos permita comunicarnos de forma efectiva con el mundo que nos todea, aceptndo ese recuerdo como parte de nuestra vida y de nuestra historia.
El experto explica que la causa de quedarse atrapado lejos del presente está siempre relacionada con una resolución no satisfactoria de un hecho más o menos traumático, pero no todo el mundo lo vive igual: «Cuando hablamos de quedarnos atrapados en el pasado podemos entenderlo desde dos puntos de vista, uno más consciente que tiene que ver con el recuerdo y uno inconsciente que tiene que ver con la repetición de ciertas conductas», revela. A la hora de resolver estas situaciones el psicólogo comenta que en el primera caso puede suceder que podamos dar un sentido distinto a algo que no pudimos gestionar correctamente en una determinada circunstancias de nuestra vida y que eso nos lleve a comprender la causa de la emoción que generó esa experiencia.
El caso de la repetición es más complejo ya que, según aclara Murga, sucede a nivel inconsciente y esos recuerdos que están en la memoria pero no nos permitimos recordar por ser dolorosos vuelven en forma de repetición de conducta y eso nos lleva a expresiones del tipo '¿Por qué siempre me sucede esto a mí?'. Esto sucede porque aún no hemos resuelto esta situación y nuestro aparato psíquico nos está dando la oportunidad de resignificarlo.
Consecuencias de vivir en el pasado
Vivir del pasado causa malestar, pero que eso se convierta en un trastorno tendrá que ver con la gravedad del hecho que estamos recordando o repitiendo y con nuestras posibilidades de gestionarlo a nivel emocional. En ocasiones un periodo de tiempo razonable que no se viva acompañado de un sufrimiento intenso brinda la posibilidad de reestructurar cognitivamente (resignificar) lo sucedido y avanzar en nuestro crecimiento personal.
Eso sí, cuanto más tiempo permanezcamos atrapados en el pasado, más posibilidades tenemos de desarrollar un trastorno. Por lo general los trastornos asociados a esta situación de repetición son los del espectro de la depresión, aunque también es normal encontrarnos con síntomas de ansiedad provocados por el estrés que genera el esfuerzo por escapar de ese pasado que nos interpela directa o indirectamente.
Cómo dejar atrás el pasado
1. Aceptación, el pasado solo puede cambiarse desde el presente resignificándolo.
2. Cuidado personal, físico y psicológico, mantenernos sanos y motivados en el día a día.
3. Aprendizaje, comprometernos en actividades nuevas que signifiquen un desafío para nosotros nos acerca más al presente.
4. Mindfulness, esta técnica de desarrollo de atención plena o meditación nos enseña a anclarnos en el presente y favorece un estado general de bienestar.
5. Consulta a un profesional, en el caso de que sientas que es mucho para ti, no dudes en realizar una consulta con un profesional. El mismo te brindara las herramientas necesarias para que logres tus objetivos.
¿Qué significa que «tenemos que soltar»?
Soltar no es olvidar, sino más bien lo contrario, según aclara el psicólogo. Así, el experto explica que recordar es condición necesaria para superar estas situaciones, pero hay que hacerlo con un propósito y una guía. Debemos ubicarnos en un lugar diferente de observación para poder ver ese recuerdo desde otro ángulo, construir un nuevo significado y generar un aprendizaje innovador que nos permita aceptar lo sucedido sin el juicio de valor que por lo general lo acompaña y le quite el peso al que históricamente lo asociamos.
Más que soltar o incluso más que olvidar, lo deseable es lograr que el recuerdo nos acompañe de la manera más adaptativa posible y con esto quiero decir transformarlo en una herramienta más que permita comunicarnos efectivamente con el mundo que nos rodea, aceptando este recuerdo como parte de nuestra vida y nuestra historia.
Otra pregunta que cabe hacerse en este sentido es si hay sujetos más predispuestos a quedarse atrapados en el pasado. Así, como revela el experto, es cierto que hay personas en las que confluyen una serie de factores que las hacen más propensas a estancarse. Estos factores son de diversa índole yendo desde lo genético, la historia de vida, la forma en que esta persona ha aprendido a gestionar sus emociones o los hechos traumáticos que pueda haber atravesado y su capacidad de resiliencia.
De ahí la necesidad de estar atentos a nosotros mismos, no solo en lo referido a lo físico sino también a estos procesos internos para detectarlos a tiempo y poder emprender acciones para cambiar de estado lo antes posible.
ABC