Porcinos. Cada animal en confinamiento genera entre 20 y 25 litros diarios de residuos, que pueden ser aprovechados
Aplicar desechos orgánicos al suelo es el método más económico para recuperar sus nutrientes. Al mismo tiempo, tratarlos es esencial para evitar el deterioro del ambiente, frente a los volúmenes de efluentes que deja la producción porcina en sistemas de confinamiento. Esta actividad genera entre 20 y 25 litros por día de efluentes por animal, que pueden contaminar o integrarse a la cadena productiva.
Por su potencial como insumo agrícola, la Primera Jornada Nacional de Gestión de Residuos Pecuarios, que se concretó ayer en el Inta Rafaela (Santa Fe), abordó la gestión integral de los desechos porcinos, bovinos y avícolas, de utilización aún escasa, por desconocimiento sobre el modo de tratarlos.
Nicolás Sosa, técnico del Inta Rafaela y miembro del grupo organizador, considera que la aplicación de residuos orgánicos al suelo es el método más económico y constituye uno de los mejores ejemplos de reciclaje de nutrientes.
La falta de manejo de los desechos implica una fuga de energía y nutrientes y, a la vez, el deterioro ambiental. La intensificación y concentración de la producción en los sistemas pecuarios trae aparejado el problema de la generación y acumulación de efluentes y residuos sólidos.
Por eso, el objetivo es eliminar o disminuir la carga de contaminantes para garantizar una disposición final sin ocasionar daños y, además, para su aprovechamiento como insumo productivo.
En el caso de los desechos porcinos, Darío Panichelli, del Inta Marcos Juárez, explica que la problemática fundamental se plantea en un sistema productivo de confinamiento, bajo el cual en la Argentina se realiza casi el 40 por ciento de la actividad.
Además de las deposiciones de los animales, la actividad insume mucha agua para la limpieza y para las fosas donde se contienen las heces y la orina. “Tenemos que trabajar fuertemente en los criaderos que están en vías de desarrollo”, advirtió, para llegar a un agua de vuelco que se pueda aprovechar para regar o biofertilizar. O, en caso de no reutilizarla, volcarla sin ocasionar daños.