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10/03/2022 18:00 hs

Cómo reconocer a un manipulador emocional

- 10/03/2022 18:00 hs
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Los sujetos dominantes observan a su víctima y buscan su punto débil para utilizarlo a su favor. 

¿Alguna vez has sentido que te intentaban manipular sutilmente? Si alguien ha hecho que te vuelvas más inseguro y estés triste o insatisfecho, es posible que haya intentado persuadirte emocionalmente. Pero, ¿y si por el contrario el manipulador emocional eres tú? Aprende a darte cuenta y corregir tendencias y actitudes negativas.

Moisés Suárez, psicólogo en ' Mundo Psicólogos', explica que la manipulación emocional se produce cuando una persona ejerce técnicas de persuasión para conseguir que otro sujeto haga lo que este quiera, buscando siempre su propio beneficio.

Las personas manipuladoras poseen una gran oratoria con la que influyen y convencen siendo capaces de darle la vuelta a las situaciones a su favor, lo que acaba produciendo un control sobre la otra parte.

Sus comportamientos son poco apropiados. Entre ellos está detectar las debilidades de la otra persona para, posteriormente, poner en práctica las tácticas que considere más efectivas con el fin de aprovecharse de la víctima y conseguir los objetivos que se haya propuesto.

«La persona que está siendo manipulada acaba siendo la víctima, ya que antepone a la otra persona dejando en un segundo plano sus propios intereses y necesidades», señala Suárez. Esto acaba influyendo de manera negativa en su autoestima, autoconcepto, autorrespeto y autoaceptación, por lo que se vuelven personas inseguras, tristes e insatisfechas. Incluso, en ocasiones, las víctimas defienden las conductas del manipulador llegando a sentirse culpables por la situación generada.

¿Cómo puedo reconocerlo?

«Las personas manipuladoras van a observar a su víctima y a buscar su punto débil para utilizarlo a su favor. Este tipo de personas no suelen tener muchos escrúpulos, por lo que van a anteponer sus propias necesidades a las de cualquier persona», expone Suárez.
Los sujetos dominantes van a presentar una baja autoestima y, al ser conscientes de ello, muestran una imagen contraria adoptando una actitud dominante y egoísta en la relación con la otra persona.

Por lo general, a la hora de resolver un conflicto, la persona manipuladora va a emplear técnicas como la agresividad. «Estas conductas se pueden observar mediante sus habilidades sociales, ya que existirá algún déficit, sobre todo relacionado con la asertividad: al ver que le faltan herramientas, recurre al chantaje emocional para conseguir lo que quiere, pudiendo llegar a ser más agresivas e incluso a hacer uso de la violencia», manifiesta el psicólogo.

Asimismo, presentan una baja tolerancia a la frustración, por lo que sus reacciones suelen estar guiadas por la rabia. Se muestran constantemente en alerta y atacando con una crítica destructiva, además de con agresividad tanto física como verbal cuando se sienten amenazadas.

Recurrir al victimismo es otro de los rasgos característicos. Es por ello que van a exagerar las conductas, reprochando cosas o situaciones que no son para tanto o que no han pasado. Si ven que la víctima intenta liberarse, se mostrarán dependientes, indefensos y exagerarán problemas de salud.
 

Tips para defenderse de un manipulador emocional

1. Sé consciente. Detectar que estás sufriendo manipulación va a ser lo principal para poder defenderte.

2. No culparte. Si no cedes o respondes a las demandas de la otra persona no te sientas culpable. Posees unos derechos entre los que se encuentra el no satisfacer a lo que las otras personas quieren, no tienes la culpa de que los sujetos manipuladores sean así.

3. Trabajar la autoestima. Hacer una reflexión e introspección de tu autoestima es muy importante, ya que te ayudará a conocer tu interior más oscuro, las carencias que tienes, las inseguridades, los miedos, etc. Las personas manipuladoras van a ser conscientes de estas debilidades y las utilizarán para hacerte daño. Por ello es necesario tener un adecuado autoconocimiento sobre cada una de ellas y fortalecerlas, y así protegerte de las personas manipuladoras.

4. Entrenar la asertividad. Esto te va a ayudar en el mensaje que se quiera transmitir a la persona manipuladora, ya que se hará uso de una comunicación verbal amable, natural y respetuosa, donde se validen las emociones y sentimientos tanto del manipulador como de nosotros mismos. Se le hará entender que no va a ser posible cumplir sus peticiones por mucha insistencia que ejerza, respondiéndole siempre a sus peticiones con una actitud de respeto, manteniendo la calma y siendo firmes en todo momento.

5. Ser firmes con nuestras decisiones. La firmeza te permitirá argumentar la decisión que hayas tomado en cuanto a la petición de la persona manipuladora y a no ceder por mucho chantaje o manipulación emocional que esté ejerciendo en ese momento. Se trata de hacerle entender que por mucha insistencia que realice haciendo uso de argumentos de culpa, obligación o miedo, será un esfuerzo en vano, ya que no va a conseguir lo que demande porque tu decisión es firme y no la vas a cambiar.

6. Establecer límites. Hay que ponerlos de una manera clara y firme, pero resulta una tarea difícil, ya que no todas las personas tienen la misma facilidad o capacidad para desempeñarla. Estos límites te ayudarán a marcar las líneas que el manipulador no va a poder traspasar.

7. La negociación. Existe la posibilidad de que se quiera o se pueda acceder a la petición que está haciendo el manipulador, la cual no supone mucho esfuerzo o sacrificio realizarla. En este momento, es primordial hacer uso de la negociación donde ambas partes salgan beneficiadas y no solo la persona manipuladora. Esta acción se debe llevar a cabo si se tiene algún tipo de interés en lo que te ha pedido o si se va a obtener un beneficio concreto. También se puede negociar que se va a conceder lo que está pidiendo exactamente, pero sí algo parecido. Si esto no es así, lo más importante es mantenerte firme con los límites que te has marcado.


Suárez indica que podrás darte cuenta de esta manipulación al sentir que no están respetando tus derechos básicos. Por ejemplo: derecho a expresar tus sentimientos, opiniones e ideas; a establecer tus propias prioridades; a ser tratado con respeto; a defenderte de las agresiones externas, sean físicas o emocionales; y a decir no sin sentirte culpable.

«Si sientes que estos derechos no están siendo respetados mantén la distancia con la persona manipuladora y no te sientas culpable por no hacer algo que te pida, ya que va a tratar de chantajearte emocionalmente para conseguir todo aquello que quiera», aconseja el psicólogo.

Cuando te demande alguna cosa, tómate el tiempo que creas necesario para darle una respuesta, no lo hagas inmediatamente, porque con la presión que ejercen a través de sus peticiones no te va a permitir pensar y tomarás una decisión rápida. Esto solo hará que acabes sintiéndote culpable. Una vez tomes una decisión, sé firme con ella.

¿Y si el manipulador emocional soy yo?

Lo primero que debes hacer es analizar el tipo de relaciones que tienes en el momento presente con tu familia, amistades y pareja. Cuando hagas este análisis tendrás que observar la calidad de estas relaciones, si existe algún tipo de dependencia en alguna de ellas, si te detectas algunos de los rasgos que hemos mencionado anteriormente o si no estás conforme con el tipo de relación.

«Si detectas que eres una persona que manipula a las demás, lo segundo que hay que hacer es ver si quieres cambiar o mejorar esta característica de ti», apunta el Suárez. Por último, tendrás que reconocer y aceptar que existen comportamientos tóxicos que deben cambiar.

«Lo más recomendable sería pedir ayuda a un profesional del ámbito de la psicología para que te pueda dar pautas sobre cómo reconducir esas conductas que estás llevando a cabo y sustituirlas por otras más adecuadas», expresa el psicólogo.

Si decides recurrir a un profesional, tendrás que empezar dejando de ver a las víctimas como alguien de quien te puedes beneficiar siempre que tú quieras, sustituyéndolo por una relación de reciprocidad. También deberás hacer un análisis de las inseguridades que estén presentes en ti, detectando cuáles son y de qué manera puedes empezar a hacerle frente.

Otro aspecto importante será reducir las conductas agresivas y sustituirlas por otras adaptativas al contexto en el que se está, tratando a los demás de una manera asertiva. Sustituir el pensamiento de que la única persona que importa eres tú por uno en el que todas las personas posean el mismo valor. «Se trata de aprender a satisfacer tus propias necesidades sin aprovecharte de los demás», subraya Suárez.



ABC 

Imagen: Adobe Stock

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