Su vida, sin dudas, atravesó innumerables dificultades. Huérfano a muy temprana edad, problemas con la Justicia, alcoholismo y una separación tras 18 años de relación. Este hombre que despierta suspiros en la pantalla, una vez recurrió a una programa de televisión para encontrar pareja. Hoy, Jon Hamm con dos Globo de Oro y un Emmy en la mano, su vida parece haberse encaminado, a los 51 años.
El actor que conquistó a millones de espectadores por su personaje del publicista Don Draper, en la exitosa serie Mad Men, nació el 10 de marzo de 1971, en Misuri, en los Estados Unidos. Sus padres se separaron cuando solo tenía dos años, aunque lo más duro llegaría después. “Un cáncer de colon invasivo, agresivo y fatal” mató a su madre a los 36 años”, le confesó a la revista Esquire.
Jamm tenía 10 años y no tuvo otra opción que vivir con su padre, dos hijas de un matrimonio anterior y escasos instrumentos para contener a un hijo partido al medio por el dolor. Solo le ofreció silencio. Tal vez porque no podía expresar sus sentimientos. “Mi padre había perdido dos esposas (su anterior esposa también había fallecido). Era un hombre muy triste. Tenía sus propios problemas. No me ayudó a lidiar con el dolor, por culpa de esta mentalidad del medio oeste americano en el que, cuando uno no sabe qué decir, es mejor no decir nada. Me dieron un libro titulado Qué hacer cuando muere un padre, y pensé: ‘Está bien, leo este libro y supongo que estoy arreglado’”, expresó Hamm a la revista estadounidense.
Jon Hamm ganó dos Globo de Oro y un Emmy. (Reuters)
Las pérdidas siguieron. Once años después de la muerte de su madre, tuvo que enfrentar el fallecimiento de su padre, víctima de una diabetes feroz. Sin referentes ni afectos que pudieran contenerlo, se despertó en el actor una rebeldía de juventud, propia del que se siente desorientado y no encuentra el rumbo para encaminar su vida. Ya en la universidad Jon tuvo serios problemas con la ley. Una supuesta participación en una novatada de fraternidad de 1990 vio a la luz en abril de 2015, coincidentemente el año en que Mad Men llegaba a su final tras siete temporadas.
En la demanda, el actor y algunos compañeros de la Universidad de Texas fueron acusados de participar de una violento ataque contra Mark Allen Sanders, quien señaló a Jon como partícipe del hecho “hasta el final” de la paliza. Cada vez que la prensa le recordaba aquel hecho, Hamm se enojaba, restándole importancia. “Todo sobre eso fue puro sensacionalismo. Fui absuelto. Era un niño estúpido en una situación estúpida. Salí de allí. No fui condenado por nada”. Tras la muerte de su padre, el intérprete dejó la universidad en segundo año. “Tuve que convertirme en una mejor persona, y estoy feliz de haberlo conseguido”, dijo tiempo después.
Masculino, seductor, irresistible, con una mirada que encandila... Así se lo ve a Jon Hamm cada vez que hace una aparición pública, ya sea en la pantalla grande o en alguna red carpet. Pero parece que no siempre despertó fantasías en el mundo femenino. En 1996, buscó el amor en el programa televisivo The big date (La gran cita). ¿La sorpresa? No fue elegido por la participante. Se trataba de Mary, una estudiante de 25 años que, según dijo, buscaba un hombre sexy, atractivo y que además sea honesto.
“No quiero jugar, me estoy haciendo muy mayor para eso y quiero a alguien que sepa dar un buen masaje en los pies”, sostuvo la concursante. Inmediatamente entran al set los tres muchachos que aspiran a conquistar el corazón de la joven: Mark, un actor de riesgo, Marcus, licenciado en economía y el camarero (Jon Hamm). Los tres intentan seducir a Mary: le contaban cómo sería la cita perfecta. “Empezaría con una comida fabulosa, una conversación fabulosa y un masaje en los pies fabuloso para una noche completamente fabulosa”, dijo el actor, en lo que parece un buen comienzo de conquista. Tras unos segundos de duda, Mary se quedó con el primer candidato, Mark. Una frustración para cualquiera, pero que tal vez a Jon lo impulsó para que desarrolle su costado seductor.
Hamm no se inició en la industria de Hollywood como muchísimos actores. Su aparición ocurrió dentro de la maquinaria del cine XXX. Una amiga le ofreció un puesto en el departamento de vestuario en un estudio que filmaba películas de “porno blando”, donde no se muestran escenas sexuales explícitas. La escasez de dinero fue determinante a la hora de aceptar el puesto. “Había perdido mi trabajo en un catering y necesitaba otro”. Reconoció que al principio dudó, pero que luego aceptó el trabajo después de comprobar que solo se trataba de “mover cosas” en el set. Sin embargo, admitió que no le gustó esa experiencia. “Me destrozaba el alma”, confió.
Jon Hamm y Jennifer Westfeldt fueron pareja durante 18 años. No tuvieron hijos. Mandatory Credit: Photo by Matt Baron/BEI/Shutterstock (4081625hf) The 66th Annual Primetime Emmy Awards, Arrivals, Los Angeles, America - 25 Aug 2014
En Una canción irlandesa Hamm pudo darse el gusto de ser dirigido por John Patrick Shanley, ganador de un Oscar por el guion de Hechizo de luna. Su personaje en Mad Men le sirvió de trampolín para consolidar su carrera de actor, recién a los 37 años. “Es duro convertirse en el centro de atención, tanto profesional como personalmente”, respondió ante la pregunta de por qué su llegada a Hollywood había sido un poco tardía.
Con toda la fama y el dinero a cuestas, Jon no era feliz. “Tenía muchas más cosas de las que preocuparme”, admitió. Días después, su representante daba a conocer un comunicado en el que informaba que Jon Hamm había cumplido el programa de rehabilitación por una recaída en su adicción al alcohol. El actor aceptó un tratamiento de 30 días en la clínica Silver Hill de Connecticut. “A veces la vida te bombardea con muchas cosas y hay que tratar de lidiar con ella con lo que se pueda -explicaba-. Entiendo que ahora mismo es noticia, pero es algo entre mi familia y yo, y no es nada para el público. Soy muy afortunado. Muchos amigos, familiares y compañeros de trabajo me han apoyado”, se explayó el artista.
Anna Osceola y Jon Hamm, hoy pareja en la vida real, en una escena de "Mad Men"
Coincidentemente, en ese año confluyeron el final de la serie que lo llevó a la cima, su internación y el final de la relación de casi dos décadas con la actriz y guionista Jennifer Westfeldt. “Puede que no tengamos un documento que diga que somos marido y mujer, pero después de 10 años, Jennifer es más que una simple novia -sostuvo años antes del final-. Lo que tenemos es mucho más profundo y ambos lo sabemos. Para mí, las personas se casan cuando están listas para tener hijos, lo cual no excluyo”.
Pero llegó la separación y un comunicado: “Con gran tristeza hemos decidido separarnos después de 18 años de amor y de una historia compartida. Vamos a seguir siendo solidarios entre nosotros en todas las formas posibles para seguir adelante”. Cinco años después del final de Mad Men, el actor mantiene una relación con una excompañera de la serie: Anna Osceola, quien apareció en los últimos capítulos de la serie. La pareja fue vista por primera vez juntas en un café, en 2017, y desde entonces han sido captados por la cámara en varias ocasiones.
En Mad Men, Osceola interpretaba a Clementina, una recepcionista de hotel que apenas interactuó unos segundos con Don Draper, Jon Hamm. Parece que lo más jugoso sucedía entre bambalinas. Los actores pasaron juntos la pandemia en Los Ángeles. Las últimas fotos de la pareja fueron tomadas en el mar Mediterráneo cerca de Pantelleria, en Italia, en sus vacaciones del 2021.
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Foto tapa: Reuters