La llamada "caravana de la libertad" reunió a miles de personas en los Campos Elíseos. Casi 7.200 policías y gendarmes "se desplegaron para hacer respetar las prohibiciones de las caravanas de vehículos", indicó la prefectura de policía de la capital. Hubo marchas en otros países.
Grupos minoritarios que se oponen a los certificados de vacunación y las restricciones por la pandemia de coronavirus protestaron este sábado en el centro de París, pese al despliegue policial que blindó la ciudad para impedirlo, en una manifestación inspirada en la de los camioneros de Canadá que se expandió ya a varias partes del mundo.
La llamada "caravana de la libertad" reunió a miles de personas en los Campos Elíseos, el emblemático centro de la capital que ya fue escenario hace unos años de las concentraciones de los llamados chalecos amarillos.
A diferencia de la protesta impulsada por los camioneros en Ottawa, en este caso algunos de los manifestantes llegaron en sus autos y la gran mayoría a pie, muchos de ellos con pancartas, carteles y banderas francesas.
Burlaron así el importante despliegue de casi 7.200 policías y gendarmes y de vehículos blindados dispuestos para dispersar la movilización que arrancó días atrás con caravanas de vehículos que viajaron a la capital desde distintos puntos del país.
Si bien la mayor parte de la concentración se realiza con tranquilidad, hubo enfrentamientos con las fuerzas de seguridad, incluyendo gases lacrimógenos cerca del Arco del Triunfo y multas a casi 400 personas por "participar en una manifestación no autorizada".
El primer ministro Jean Castex había prometido ser inflexible ante este movimiento: "Si bloquean la circulación o intentan bloquear la capital, hay que ser muy firme".
La heterogénea movilización reúne no solo a opositores de la gestión anticovid, sino también a críticos del presidente Emmanuel Macron, que en la antesala de la marcha dijo entender "la fatiga" por los dos años de pandemia pero pidió "calma".
A dos meses de las presidenciales en Francia, los manifestantes exigen la retirada del certificado de vacunas, que solo permite a las personas inmunizadas entrar en restaurantes, cines y otros comercios y que el Gobierno dice querer suprimir para abril.
El origen: los camioneros de Canadá
La "caravana de la libertad" canadiense, que sirve de inspiración para esta nueva oleada de protestas, comenzó a finales de enero a raíz de la ira de camioneros que debían vacunarse contra la Covid-19, testearse o aislarse para poder cruzar la frontera con Estados Unidos.
Mientras que una gran mayoría de los camioneros del país están inoculados, un grupo minoritario bloqueó el centro de la capital Ottawa con una manifestación ruidosa y financiada incluso con aportes de grupos conservadores estadounidenses, de acuerdo a la información publicada por medios de ese país
La protesta en contra de las normativas sanitarias contra la pandemia se amplió y se convirtió también en una en contra el Gobierno del primer ministro Justin Trudeau.
Además de protestar cerca del Parlamento, durante la última semana bloquearon tres importantes pasos fronterizos con Estados Unidos, entre ellos el puente Ambassador en Detroit, usado diariamente por más de 40.000 viajeros y camiones con mercancía valorada en 323 millones de dólares en promedio.
La Policía empezó este sábado a desalojar este puente al hacer cumplir la orden contra el bloqueo dictada por el Tribunal Superior de Ontario.
"Instamos a todos los manifestantes a actuar de manera legal y pacífica", tuiteó la Policía de la localidad de Windsor, donde se encuentra la estructura, al anunciar que habían comenzado su operación y pedir a los residentes que eviten acercarse a la zona, informó la agencia de noticias AFP.
La provincia de Ontario, epicentro de las protestas, declaró este viernes un estado de emergencia y Trudeau apuntó que "todo está sobre la mesa porque hay que parar esta actividad ilegal".
Protestas en otros países
Una marcha similar se replicó este sábado en Canberra, capital de Australia, donde los manifestantes se concentraron delante del Parlamento, algunos agitando la bandera australiana en rojo, un emblema asociado con los "ciudadanos soberanos" que afirman que las leyes nacionales no les conciernen.
Allí exhibieron pancartas con mensajes como "Lucha por tu libertad y tus derechos" y "No a las drogas impuestas", con un dibujo de una jeringa.
La Policía estimó que se congregaron cerca de 10.000 manifestantes y que en general mostraron un "buen comportamiento", aunque hubo tres detenciones.
Un 94% de las personas de más de 16 años en Australia tienen al menos dos dosis de vacunas contra el coronavirus, según las autoridades al graficar que se trata de un grupo minoritario.
Otra protesta del mismo tenor se vive en Nueva Zelanda, donde activistas acumulan cuatro días acampando en los jardines del Parlamento de Wellington.
El centro de La Haya, en el sur de Países Bajos, también fue escenario este sábado de una movilización que, con camiones, coches y tractores, bloqueó el paso ante la sede del Gobierno local.
Las autoridades belgas dijeron que prohibirían las caravanas que fueron anunciadas para converger en Bruselas el lunes, según un llamado a protestar que circula en redes sociales.
En tanto, la policía de Austria anunció que vetará cualquier intento de movilización similar, tras reportes de que varios cientos de vehículos iban a concentrarse, de igual forma, en Viena y cerca de un importante parque público en la capital austríaca.
Menos restricciones
Paradójicamente, estas manifestaciones ocurren en momentos donde muchos países europeos comenzaron a aliviar o directamente eliminar restricciones al tratar a la Covid-19 como una enfermedad endémica en lugar de pandémica
Reino Unido anunció esta semana que prevé eliminar todas las medidas, algo que ya hicieron Suecia y Noruega y que se dispone a decretar Países Bajos.
Francia relajará la situación al dejar de exigir la obligación del uso de barbijos en espacios cerrados, mientras que Italia comenzó una flexibilización gradual con la eliminación del tapaboca al aire libre, medida que ya rige en España.
Por el contrario, la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera prematuro hablar de una endemia ante la brecha en el acceso a vacunas que puede favorecer la aparición de variantes más contagiosas.