En la madrugada del 25 de diciembre pasado Leonor Herrera asesinó a su marido Juan Manuel Lozada de dos cuchillazos en el pecho en el comedor de la casa que compartían en Berazategui. Esa es la hipótesis que tiene la justicia sobre el homicidio del feriante de 47 años que, antes de ser encontrado enterrado en el jardín de su casa, había estado desaparecido durante 3 días. Esta conjetura, sustentada en pruebas, sumó un elemento más en las últimas horas. La principal acusada declaró en la justicia y confesó el crimen.
Dio detalles de lo que sucedió en las primeras horas de la Navidad pero aclaró que lo hizo porque antes recibió una golpiza.
Infobae reconstruyó la indagatoria en la que la imputada dijo que actuó sola. Además. aclaró que ella misma mató a su marido, hizo el pozo en el jardín delantero, acomodo el cuerpo y luego lo tapó con tierra y cal. Sin embargo, la justicia no le cree del todo. Sospecha que alguien la ayudó con todo el procedimiento posterior al homicidio y la mira apunta a su hijo de 17 años.
En el expediente que maneja la experimentada fiscal Silvia Borrone, se especifica que la causa comenzó con una búsqueda de paradero, ya que Lozada fue intensamente buscado por sus familiares. Recién tres días después de Navidad, el 28 de diciembre, el hermano de la víctima denunció ante la policía que sospechaba de Herrera por la tierra removida que había encontrado en la parte delantera de la vivienda de su hermano. Ahí se prendieron las alarmas.
La mujer, de origen peruano y también feriante como su esposo, se sentó frente a dos oficiales de la bonaerense que querían hacerle algunas preguntas. Luego de responder con evasivas y de mostrarse sumamente nerviosa, confesó el crimen.
Con esa información los efectivos fueron a la casa que la pareja compartía desde hacía cinco años y encontraron el cadáver de Juan Manuel Lozada enterrado a pocos centímetros de profundidad, envuelto en una especie de lona y tapado con tierra y cal. El médico que observo el cuerpo determinó que tenía una profunda herida a la altura del pecho que probablemente se hizo con un cuchillo.
La autopsia realizada al día siguiente le daría la razón.
Los documentos que llegaron al despacho de la fiscal Borrone determinaron que la muerte de produjo por dos heridas de arma blanca a la altura del tórax que le perforaron los pulmones lo que le generó un hemoneumotorax bilateral. Sin embargo, el análisis del cuerpo arrojó también que Lozada fue asfixiado con una soga y que ello colaboró con su muerte.
Lo cierto es que la mujer debía declarar en la justicia y la expectativa estaba puesta en si, al igual que frente a los efectivos policiales, iba a confesar el crimen frente a la fiscal. Lo hizo y con lujo de detalle.
“La Nochebuena la pasamos nosotros dos solos. Mi mamá se murió hace poco y la verdad que no tenía ganas de festejar. Me fui a dormir temprano esa noche. Unas horas después, ya de madrugada me desperté y fui a la cocina comedor y él estaba ahí. Drogado y borracho. Es consumidor desde hace tiempo.”, contó Herrera según logró reconstruir Infobae.
Luego explicó cómo se desencadenó, según su versión, una discusión que terminó en pelea: “En ese momento empezamos a discutir porque él quería salir a comprar más droga y yo le dije que no. Ahí me empezó a pegar. Primero me tiró al piso y me dio piñas y patadas. Además había agarrado un cuchillo que tenía en la mano. Yo logré pararme, como pude y forcejeamos”.
Un dato sumamente importante que abona las palabras de la detenida es que su cuerpo efectivamente posee moretones visibles y hematomas que, se estima, tienen como mucho una data de dos días. Están en sus brazos, pecho y piernas.
La mujer luego dio detalles del momento del asesinato: “En el medio de la pelea y el forcejeo se le cae al piso el cuchillo y yo logro agarrarlo. Lo apuñalé pero no se cuentas veces. A partir de ahí no me acuerdo más nada. Solo flashes”.
Ante las preguntas de la fiscalía, Herrera dijo que ella no recuerda haberlo estrangulado con una soga como demostró la autopsia. Este es el primer gran interrogante que surge en la investigación. ¿Realmente lo hizo y no se acuerda o alguien más participó del hecho?.
Otro punto en el que hizo foco la justicia tiene que ver con el momento en que hizo el pozo y enterró a su marido. “fui yo sola y todo en el mismo momento”, aseguró. Sin embargo en la fiscalía constan testimonios que hablan de que la mujer estuvo trabajando con una pala en esa zona el mismo 28 de diciembre cuando se encontró el cuerpo. Más allá de eso, no cierra que una mujer sola haya realizado ese pozo después de matar a su marido para luego cargarse al hombro el cadáver, acomodarlo y taparlo con tierra y cal.
¿Ayuda de quien pudo haber recibido?. La sospecha está en el hijo de 17 años que la mujer tenía de un matrimonio anterior y que vivía con ellos. Si bien se cree que no estuvo la noche del crimen, parece difícil que no se haya enterado de nada el día siguiente.
La acusada también contó en su indagatoria que la relación con Lozada era de violencia permanente. “Lo denuncié en 2018, conseguí una restricción perimetral pero luego no seguí con la denuncia. Me pegaba desde hacía tiempo. Íbamos y veníamos. Tuvimos muchas idas y vueltas”.
En cuanto al resto de las pruebas, en las próximas horas comenzará el peritaje a los celulares encontrados en la escena. Ya se realizó la extracción del contenido mediante el sistema UFED y ahora queda analizar el contenido.
La detenida está acusada de homicidio agravado por el vínculo. Un delito que prevé prisión perpetua. Restará esperar el desarrollo de la causa para ver si la justicia deja la calificación como está o si, por el contrario, la modifica ante lo que cuenta la mujer y entiende que el homicidio se dio en un contexto de violencia de género o con exceso en la legítima defensa. Eso podría ser un atenuante en un futuro juicio. Mientras tanto Leonor Herrera seguirá detenida en un penal bonaerense.
Infobae/ Por Martín Candalaft