En la cárcel de General Roca, en Río Negro, todos sabían que podía producirse una fuga masiva de presos, pero nadie hizo nada para evitarla. En las últimas horas, 12 presos que estaban alojados en el pabellón 4 de ese penal huyeron por un túnel de no más de siete metros de largo que empalmaron con otro que había sido descubierto hace diez días cuando se frustró una evasión. El problema es que nadie tapó ese conducto.

El escape masivo, además, se generó en medio de un infernal tiroteo entre agentes penitenciarios y un número no precisado de individuos que, desde fuera del penal, apoyaron la fuga. Si bien en las seis horas posteriores a la fuga masiva la policía rionegrina logró recapturar a nueve de los doce evadidos, anoche se realizaban rastrillajes y allanamientos para tratar de localizar a los tres delincuentes restantes.

Estos tres prófugos se suman a otros cinco presos evadidos en los últimos días. En la madrugada de ayer, tres internos huyeron de la alcaidía de Viedma y otros dos asaltantes escaparon, en forma insólita, cuando al móvil policial en que los trasladaban se le abrió una de las puertas al pasar un por lomo de burro.

A raíz de esta sucesión de fugas, el gobernador rionegrino Alberto Weretilneck (Frente para la Victoria) decidió transformar en ministerio la Secretaría de Seguridad, que hasta ayer dependía de la cartera de Gobierno.

En realidad, era el Servicio Penitenciario Provincial el que estaba a cargo de la Secretaría de Seguridad, que a su vez dependía del ministerio de Gobierno. Pero con la resolución adoptada por el jefe del Poder Ejecutivo provincial, tanto la policía rionegrina como el Servicio Penitenciario estarán ahora dentro del organigrama del nuevo Ministerio de Seguridad. Para estar al frente de la nueva cartera, Weretilneck designó al actual diputado nacional Oscar Albrieu.

De las tres fugas registradas en las últimas horas, el hecho más grave ocurrió anteayer en el Establecimiento de Ejecución Penal II de General Roca. Allí, como se dijo, doce presos, que estaban alojados en el pabellón 4, hicieron un túnel de siete metros de largo, que empalmaron con otro túnel, de 32 metros de longitud.

El más largo de los túneles había sido descubierto hace diez días, cuando dos guardias que custodiaban el perímetro del penal dispararon contra uno de los internos que asomó la mitad del cuerpo por un boquete realizado en una de las calles que rodea la cárcel.

En ese momento, se produjo un tiroteo entre los cómplices que apoyaron desde afuera la fuga y los guardiacárceles y la evasión fue abortada.

Luego de identificar a los 14 presos que planeaban escaparse y de secuestrar las herramientas que utilizaron para hacer el túnel, las autoridades del penal taparon los extremos del conducto.

Pero casi el 90 por ciento del recorrido quedó libre de obstáculos. Entonces, según explicaron fuentes judiciales, algunos de los internos que no pudieron huir hace diez días y que estaban alojados en otro calabozo hicieron otro túnel que empalmaba con el conducto anterior. Luego de romper el extremo que daba a la calle, pasaron debajo del muro y huyeron. En esta oportunidad, se registró un tiroteo más intenso con los guardiacárceles debido a que el grupo que fue a apoyar la fuga era más numeroso y contaba con mayor poder de fuego.

Con respecto a la fuga de la alcaldía de Viedma, fuentes judiciales informaron que se produjo cuando tres presos forzaron placas del cielorraso y se arrastraron hasta un sector de menor seguridad.

Allí, los internos que habrían sido identificados como Fernando Bustos, Cristian Espinoza y Maximiliano Sepúlveda forzaron una puerta, llegaron a un patio interno y saltaron a la calle.


Fuente: La Nación