Más allá del espíritu triunfante que se intentó mostrar el domingo pasado en el búnker del Frente para la Victoria, el gabinete entero tomó nota de la derrota electoral. Por lo que, mientras la presidenta Cristina Kirchner continúa con su reposo, algunos comenzaron a consensuar un plan para mejorar el clima económico y pavimentar el camino para poder transitar los dos años que todavía quedan de mandato.

El déficit cambiario por turismo ya es mayor que el registrado por las importaciones de energía. Este año, ascendería a US$ 8000 millones, el doble que en 2012, y 23% más de lo que se va por energía (US$ 6500 millones). Se trata de una cifra nada despreciable considerando que, sólo en octubre, el BCRA perdió US$ 1400 millones de reservas y terminaría el año con US$ 11.000 millones menos en sus arcas. Consultados al respecto, en el Banco Central (BCRA) prefirieron no hacer comentarios.

Desde el Gobierno consideran que, para que la medida tenga éxito, también tiene que haber cambios de nombres en el gabinete, sobre todo, en la cartera económica. El director ejecutivo de la Anses, Diego Bossio, sería uno de los candidatos más firmes para el puesto, ya que tiene la reputación de ser más amigable con el mercado y cuenta además con el respaldo de los gobernadores. Pero también suena Kicillof, aunque no goza de tal amparo político y tiene en su contra el haber quedado muy asociado a varias de las ideas fallidas planteadas por el secretario de Comercio, Guillermo Moreno.

Además, se habría autopostulado para el cargo el gobernador de Chaco, Jorge Capitanich. Algunos miembros del gabinete, por su parte, habrían estado sondeando al economista y ex presidente del Banco Central Mario Blejer.

Tal como deslizó en la semana el jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina, como parte del giro económico, en el Gobierno estarían pensando en volver con la "sintonía fina", algo que originalmente pensaba hacer Cristina cuando asumió su segundo mandato en diciembre de 2011, pero que debió postergar tras el accidente en la estación de Once, en febrero del año pasado.

"Hay que frenar el gasto público para contener la inflación, que es la punta del ovillo en todo este problema de retraso cambiario", explicó una fuente. "Para eso, hay que frenar los subsidios. O, al menos, dejar de subirlos. Y el año que viene ajustar tarifas en función de los ajustes de salarios que haya. Eso ya puede arrancar en enero, a medida que empiecen las paritarias", deslizó.

Existe, no obstante, un escollo no menor para que estas medidas terminen de salir. Si bien gozan del consenso de gran parte del gabinete -cosa que no sucedía en el pasado-, no tendrían todavía la aprobación de la Presidenta, ni de su confidente más cercano, el secretario de Legal y Técnica, Carlos Zannini.

"A Cristina en el pasado le vendieron que con la estatización de YPF se solucionaba el problema energético y no funcionó; también que con el cepo cambiario y la pesificación de la economía se frenaba la salida de dólares, y que con el Baade se arreglaba el problema del blue, y nada de esto pasó", se lamentó la fuente. "Pero ahora está el resultado electoral, que no se puede obviar. El objetivo de la oposición se logró: ella tiene que cambiar", aseguró.

Para los economistas, el desdoblamiento sin un plan integral es una medida arriesgada. "Hay que ser cuidadoso, es una medida lógica en el enfoque actual; de hecho, el mercado desdoblado ya existe. Pero en Venezuela se hizo y lo tuvieron que unificar, porque la inflación se comió el diferencial", opinó el economista y ex gerente general del Banco Central Hernán Lacunza.


Fuente: La Nación