El fenómeno del desarraigo que se produce cuando alguien emigra de su país, trae aparejado una sensación de desamparo, tristeza y nostalgia.
Se siente con mayor fuerza en los primeros tiempos y a veces se extiende por siempre. El que se va, se aleja de familia, de los amigos, la casa, el barrio, los negocios de cercanía, sus calles y sus olores. Todo eso forma parte de su persona, de su identidad. De algún modo uno se parte en dos, en el momento de ir a residir a otro lugar.

Hay una estrofa de la canción de María Elena Walsh, dedicada a su amigo Pepe cuando deja la Argentina que lo describe: “Cuando un amigo se va, nadie nos devolverá todo el corazón que le prestamos, tanta compartida soledad. Un amigo nuevo no es lo mismo, Pepe, nos quiere por la mitad.

Además de las migraciones por la hambruna, los regímenes sangrientos, el cambio climático, existe la migración por falta de expectativas, de esperanzas, de proyectos, de posibilidades. La mayoría son jóvenes. Algunos buscan becas de estudio que se presentan en plataformas internacionales, otros se hacen cargo de los gastos por su cuenta propia y con la ayuda de la
familia, otros se lanzan a buscar un trabajo transitorio y la hospitalidad de algún conocido que los precedió en la búsqueda, en espera de una ciudadanía que les permita vivir en otro país.

De acuerdo a una encuesta realizada por la Universidad Argentina de la Empresa (UADE) y la Consultora Voices, con más de 1.300 participantes mayores de 16 años. en Argentina, el 70 por ciento de los jóvenes preferiría emigrar al extranjero con un claro pesimismo acerca de las posibilidades que el país les otorga.

El objetivo del relevamiento fue " comprender opiniones, hábitos, actitudes y percepciones de los argentinos respecto del sistema laboral en el país y de sus propios trabajos. ”El resultado es contundente: Más de la mitad preferiría vivir en otro país. El porcentaje, sin embargo, crece cuando se toman en cuenta solo los datos de los encuestados entre 16 y 24 años. De estos, el 70 por ciento manifestaron preferencia por radicar fuera de Argentina. Las principales razones mencionadas por quienes vivirían fuera de Argentina son las perspectivas económicas del país, y las oportunidades de desarrollo profesional.

Entre los jóvenes encuestados cuyas edades fluctúan entre los 16 y los 24 años, "hay una percepción de estancamiento”. El 55 por ciento asegura que el nivel de vida sería igual al que lograron sus padres. El 58% de quienes dijeron creer que tendrían mejores posibilidades de desarrollo profesional fuera del país, como un segundo motivo para irse, opinión que también crece a medida que
desciende la edad.

Por el contrario, los que quieren permanecer en el país encontraron en los motivos familiares (50%) y el compromiso con el país (37%) los principales fundamentos para justificar su decisión Estados Unidos, España e Italia son los principales países a los cuales los encuestados dijeron que preferirían emigrar. Por idioma, calidad de vida y diversidad de oportunidades, España es uno de los destinos predilectos por los argentinos para vivir según datos de la ONU. No obstante, de acuerdo a un informe de la Agencia Judía de Noticias, en 2021 creció un 48% la cantidad de argentinos que emigraron a Israel.
Solange Finkelsztein, Coordinadora de Investigaciones de UADE, dice que "La situación económica y la falta de progreso son las principales preocupaciones de los argentinos en lo que respecta a su futuro personal. Resulta alarmante que la mitad de los argentinos esté dispuesta a emigrar, voluntad que crece al 70% entre los más jóvenes. Más de la mitad de los argentinos muestra una visión pesimista sobre el futuro del país a nivel laboral, seguridad y economía, situación que se agrava aún más cuando de pobreza se trata: 2 de cada 3 creen que esta empeorará en los próximos 10 años”.

Constanza Cilley, Directora Ejecutiva de Voices!, señaló que "el estudio revela un aspecto muy preocupante en la sociedad argentina y es una falta de optimismo hacia el futuro. Este aspecto está muy enraizado en la sociedad y sobre todo en los jóvenes que no ven oportunidades de desarrollo personal y posibilidades de progresar. A la mayoría de los jóvenes le gustaría vivir en otro país y esto nos plantea un fracaso y un desafío que tenemos como sociedad”.

Valentina Reta se fue en 2019 a Francia con el objetivo de obtener un Master en Ordenación de territorio, urbanismo y medio ambiente. La sorprendió la pandemia en Lyon y como muchos argentinos desempeñó variados trabajos mientras esperaba el retorno de las clases y la obtención de su título. Nos cuenta cómo se vive hoy esta etapa de la historia en Francia y como el Estado apoya a los estudiantes para que puedan continuar sus carreras.