Un parisino que acababa de comprar una vivienda subastada por el banco se encontró con una sorpresa que no olvidará jamás: el cuerpo del anterior propietario momificado y colgado en una de las habitaciones.

Al parecer, Thomas Ngin, antiguo dueño de la casa –un guardia de seguridad de origen camboyano– se habría suicidado ahorcándose con una sábana hace ocho años, tras un proceso judicial contra su empresa que le dejó con “enormes dificultades financieras”, según han explicado fuentes cercanas a este extraño caso al diario ‘Le Parisien’.

A pesar de no dar señales de vida desde 2005, nadie echó de menos a Ngin. Durante todo ese tiempo, las facturas de la hipoteca se fueron acumulando hasta que el Banque Du Buxangeorgien decidió iniciar al proceso para embargar la propiedad y subastarla.

Nadie en la entidad tuvo la idea de pasarse por la casa para comprobar su estado. Pensaron que el propietario, extranjero, había huido a su país de origen para evitar hacer frente a las deudas que había contraído.

La vivienda se vendió el pasado tres de octubre por 415.000 euros. El nuevo propietario acudió con un cerrajero para tomar posesión y encontró el cuerpo de Ngin, que poco antes de su suicidio había decidido cortar los lazos con sus hermanos y demás familia cercana.