El certamen gastronómico de Telefe vive momentos decisivos y ofreció una gala llena de tensiones y sorpresas.
Después de una jornada de cocina con cortes de animales exóticos, que provocó una oleada de repercusiones en redes sociales, la producción de Masterchef Celebrity decidió para este miércoles un desafío opuesto al disponer que los participantes trabajaran con “súper alimentos”: matcha, espirulina, chía, açaí, quinoa roja y bayas de goji. Se trataba de diferentes semillas, frutas y vegetales, considerados como la comida del futuro, y llamados de esa manera por su alto contenido nutricional que aporta al organismo diferentes beneficios.
El jurado integrado por Damián Betular, Germán Martitegui y Donato De Santis explicó las diferentes propiedades de los elementos y sugirió las preparaciones para cada una de ellos. Después de un juego de llaves y cofres al estilo Domingos para la juventud, que quedaron asignados los ingredientes definitivos para cada participante. A partir de entonces, tres minutos en el mercado y una hora para preparar un plato libre en base al superalimento.
A Gastón Dalmau le quedó la matcha, de origen oriental que ayuda a reducir el stress a controlar la hipertensión, y se utiliza como infusión y en la pastelería y la coctelería. Para confrontar con el desconocimiento del ingrediente, el actor se enfocó en su zona de confort de la pastelería y se puso a trabajar en lo que iba a terminar siendo un Cheesecake de matcha, con pasta de avellana y dulce de leche.
Al regresar del mercado notó el primer contratiempo: se había olvidado de agarrar harina, ingrediente clave de su preparación. Pero a diferencia de lo que había ocurrido en otras ocasiones, y quizás bajo los efectos de su súper alimento, logró controlar su fastidio y pudo reformular sobre la marcha. En ello mucho tuvo que ver la visita de Betular, especialista en pastelería y suerte de mentor o socio del participante, según los códigos internos del programa.
Dispuesto a no tropezar en los errores del pasado, Gastón también tuvo especial cuidado en la zona de los abatidores, el refrigerador que permite el enfriamiento rápido de los alimentos y que se vuelve un campo de batalla cada vez que los participantes trabajan en pastelería. Esta vez, el actor permaneció cual gendarme custodiado los equipos, para evitar problemas y confusiones.
Hasta allí venía todo bien pero faltaba el momento de mayor tensión. “Vengo fallando para desmoldar, es la parte que no me gusta”, reconoció el participante. Estaba tan concentrado en su tarea que no sintió los pasos de Betular que se acercaban a su estación. Lo que sí escuchó fue el grito. “¡No! Le tenés que pasar un cuchillito por el borde. ¿Qué hacés?”, lo retó el chef, mientras Gastón intentaba con una espátula.
Con el reloj en la cuenta regresiva de los dos minutos, el actor se puso nervioso y empezó a revolver el cajón de los cubiertos, pero en lugar de cuchillito sacó una cuchilla que terminó de enfurecer al jurado: “¡Agarrá el cuchillito chiquito!”, gritó el chef, pero el que lo agarraba a él era su colega Donato, mientras las risas de fondo del conductor Santiago del Moro completaban el cuadro. Gastón finalmente dio con el cuchillito indicado y logró desmoldar sin inconvenientes su cheesecake, para festejar con la melodía de Domingos para la juventud, un guiño al cofre de los súper alimentos con el que había iniciado la prueba.
Faltaba la etapa más importante, la degustación, y allí Betular dejó de lado sus enojos y ponderó el plato de su socio, destacando “la cremosidad, la preponderancia del súper alimento muy bien. Es un cheesecake excelente y estoy muy orgulloso de vos, que hayas podido dar otro paso y te superes para estar entre los seis mejores”. Sus colegas se manifestaron en la misma sintonía. ”El espolvoreado de la matcha cambió todo, es el mejor plato que hiciste hasta ahora”, elogió Martitegui. De Santis fue un poco más escueto pero igual de elocuente: “Es un súper cheesecake”.
Con estas devoluciones, Gastón se ilusionó con conseguir la tan ansiada medalla de oro, y quedó como candidato junto a su amiga y compañera en Casi ángeles, Cande Vetrano. O habían alcanzado el mismo nivel de excelencia o el jurado no quería romper una amistad, pero resolvió que los dos iban a llevarse una estrella en su delantal.