Expertos consultados explican que las vacunas no son 100% efectivas para prevenir la enfermedad y que hay condiciones de base que pueden agravar una infección hasta terminar en muerte.
Este martes se conoció que el jefe de la guardia del Hospital Arturo Illia de la localidad cordobesa de Alta Gracia, Santiago Gerónimo, murió el lunes a la madrugada de coronavirus a pesar de que estaba vacunado.
La muerte por COVID-19 de María Castelló, una enfermera de 34 años este fin de semana, que había recibido las dos dosis de la vacuna contra el coronavirus, conmueve a todos los profesionales de la salud del Hospital Santojanni, donde trabajaba la joven.
La segunda ola de coronavirus sigue haciendo estragos en la Argentina, con casi 40.000 infectados diarios, más de 700 muertos por día, y ahora, los casos de personas ya vacunadas que terminan falleciendo. A pesar de haber recibido una o dos dosis, hay cada vez más registros de fallecimientos por COVID-19. ¿Esto es normal, esperable? ¿Tiene que ver con una condición médica previa? ¿O que las vacunas no son 100% eficaces y menos con las nuevas cepas?
Tanto los expertos infectólogos consultados por Infobae, como también los comunicados de distintos organismos de salud, sostienen que la vacuna ayuda a disminuir la gravedad y mortalidad del virus, pero no impide 100% la posibilidad de infección y hasta una evolución severa de la enfermedad, teniendo en cuenta la condición previa del paciente.
Según un informe elaborado por el Ministerio de Salud de la Nación, que manejan en la Casa Rosada y compartido en la última reunión de expertos, un 1,6% de los vacunados con una dosis contra el COVID-19 contrajo el virus después de 21 días de la aplicación, es decir, cuando completaron el tiempo requerido para la inmunización. Este porcentaje representa 125.628 personas infectadas sobre un total de 7.851.672 inmunizados. Los datos son al 8 de mayo, excluyéndose los casos de vacunados en los 21 días previos a esa fecha, ya que tres semanas es el período en el que se completa el proceso de inmunización.
Ese porcentaje del 1,6% no varía sustancialmente respecto de un total de 1.443.309 personas que recibieron las dos dosis. Al 8 de mayo, fueron 1,58%, que equivale a 22.804 personas que, luego de tres semanas, igual se infectaron pese a haber recibidos dos aplicaciones de alguna de las vacunas contra el coronavirus. Con relación a los muertos, el informe consigna que 3.141 personas vacunadas sobre un total de 7.851.672, igual perdieron la vida luego de 21 días de ser inmunizadas. Esto equivales al 0,04% del total de inoculados al 8 de mayo. Entre las personas con el esquema completo, tres semanas luego de la segunda dosis, fallecieron por COVID-19 el 0,003%.
“Las vacunas tienen una eficacia que son alrededor del 90%. Hay un grupo de gente que no tiene una protección adecuada, pese a estar vacunados. Esto mismo pasa con todas las enfermedades, como el sarampión, viruela, rubiola, la polio, etc., donde las vacunas no son totalmente eficaces. Inclusive, vacunas bacterianas o contra la BCB tiene escasa eficacia, pero igual se dan. Si nosotros protegemos al 90% de la población contra COVID-19, estamos evitando que la misma tenga riesgo alto, como el actual, con muchísimos infectados por día y también muertos”, explicó el doctor Ricardo Teijeiro, médico infectólogo, miembro de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI).
Y agregó: “Sobre los fallecidos pese a estar vacunados, hay que evaluar también su condición médica. Si tuvieron comorbilidades, o que enfermedad que lo pueda predisponer a padecer COVID grave. Si es asmático, inmunosuprimido, diabético, etc. La medicina no es solo números. La vacunación es la única herramienta eficaz para salir de la pandemia. En algunos países del mundo como Israel o Reino Unido ya está controlada y no se declaran muertos por día. Lo mismo ocurre en algunos estados de Estados Unidos”.
Por su parte, el infectólogo Lautaro De Vedia insistió en la eficacia de las vacunas: “Las vacunas son eficaces y seguras. Y la única salida que nos queda a esta pandemia es la vacunación. Estamos atravesando una segunda ola muy violenta y crítica, con 40.000 positivos diarios. Es lógico que haya muertos a pesar de estar vacunados. Pero hay que recordar que son casos aislados. Estamos dentro de las cifras esperables, ya que las vacunas no son 100% efectivas para evitar el contagio o inclusive la muerte”.
Y recordó: “Tampoco se puede comparar los resultados de los estudios clínicos de laboratorios de Fase III con los datos de la vida real. Los estudios comprendieron a pocos miles de pacientes durante pocos meses. Y acá ya son millones de vacunados en seis meses. Esa es la diferencia entre la fase III y la vida real. Es importante recordar que si vacunamos a todos rápidamente, el virus dejará de circular en forma tan exponencial y bajarán los contagios y muertos, ya sean vacunados o no”.
Semanas atrás, las autoridades del hospital confirmaron que el brote con la cepa Manaos de coronavirus, una de las variantes más contagiosas del virus, alcanzó a 25 trabajadores del hospital, sobre todo médicos y enfermeros de la Unidad 9 de Infectología de atención no COVID. Y lo llamativo es que todos, excepto un caso, estaban vacunados con dos dosis de la Sputnik V hacía más de un mes.
“El hospital no es una burbuja de lo que pasa en la sociedad en general con muchos contagios en esta segunda ola potenciada con la transmisión de la cepa manaos y la británica. Inclusive ya se detectó la variante de Sudáfrica en nuestro país”, explicó la doctora Ángela Gentile, jefa de Epidemiología del Gutiérrez.
Preguntada sobre cómo es posible la gran cantidad de contagios en el personal sanitario pese a estar vacunados con dos dosis contra COVID-19, Gentile afirmó que la vacunas previenen las formas graves de la enfermedad y la mortalidad. “Todavía no sabemos en qué porcentaje previenen los contagios. Los estudios clínicos muchas veces difieren de la realidad. En ellos, en forma ordenada se mide la eficacia de la vacuna en los inoculados, pero en condiciones reales, cuando se aplica masivamente, los expertos tienen en cuenta la efectividad que cumplen. Y en la realidad el panorama es un poco más complejo que un estudio clínico”, precisó.
“La efectividad de las vacunas contra COVID-19 para evitar contagios e infecciones lo veremos cuando finalicen los ensayos de Fase III. Recordemos que hoy todas las vacunas que se aplican en el mundo están aprobadas bajo uso de emergencia y faltan muchos más estudios para medir su cobertura”, destacó la especialista.
La vacunación, al igual que el contagio, inmuniza hasta cierto grado a la persona afectada, que, generalmente, no sufrirá síntomas o estos serán leves en futuras reinfecciones. Pero eso no significa que el virus desaparezca. Incluso puede volver a contagiar. La clave está en la actividad del sistema inmunitario y en la capacidad de proliferación del virus en estas personas. Un sistema inmunitario entrenado elimina el virus antes de que éste pueda causar graves daños en el organismo.
En este momento en el mundo hay al menos 9 vacunas que han demostrado que son altamente eficaces a la hora prevenir la enfermedad que causa el virus SARS-CoV-2. Eso quiere decir que si una persona vacunada se contagia del virus, tendrá menos probabilidades de desarrollar síntomas o enfermarse gravemente.
Fuente: Infobae Foto portada: Juan Ignacio Roncoroni / EFE