El cierre de la mayor parte de las exportaciones de carne que se efectivizó la semana pasada a través de la resolución 75 del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca tiene, según el Gobierno nacional, un objetivo: evitar que el precio siga subiendo.

La norma asegura que será por 30 días y que la suspensión podrá darse por concluida una vez que se verifique “el normal abastecimiento, a precios razonables y conforme los acuerdos alcanzados”.

A propósito de este escenario, un informe difundido este fin de semana por el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf) detalla que el precio de la carne y sus derivados aumentó más que el resto de los alimentos y bienes y servicios en todas las regiones del país.

El estudio, que analiza los últimos cuatro años, precisa que la mayor brecha se produjo desde noviembre de 2020.

“El precio de la carne vacuna está subiendo a mayor ritmo que otros precios y esto tiene un fuerte impacto en el presupuesto de los consumidores”, dice la investigación.

También aclara que hay “diferentes impactos a nivel regional dada las distintas estructuras de consumo”.

El estudio, que está abierto por regiones, indica que en las provincias pampeanas, donde está Córdoba, la carne y sus derivados aumentaron 403 por ciento desde abril de 2017 hasta el mes pasado. Los alimentos, sin la carne, treparon un 333 por ciento. Se trata de una diferencia de 70 puntos porcentuales.

El Nivel General, en tanto, siempre sin considerar la variación de los productos cárnicos, subieron 317 por ciento, dice el Iaraf.

La mayor diferencia entre la suba de la carne y la del resto de los alimentos se dio en el noroeste argentino, con un incremento del 418 por ciento en la carne y del 323 en el resto de la comida. En este caso, la brecha alcanzó 95 puntos porcentuales. Del otro lado, en la Patagonia, se dio la menor amplitud de incrementos: 30 puntos.

Precios relativos

Para aislar el crecimiento nominal de los precios que implica la inflación, el Iaraf consideró la evolución del precio relativo de carnes y derivados respecto del resto de los bienes.

El precio relativo es aquel valor de un bien que está expresado en términos de otro bien determinado. “La utilidad de considerar un precio relativo es que indica un costo de oportunidad, puesto que sirve de expresión para el número de unidades de un bien a las que hay que renunciar para consumir una unidad adicional de otro bien”, dice el estudio.

Y ejemplifica con un producto: remeras versus el kilo de carne. Es decir, cuántas remeras hacen falta para comprar un kilo de carne ahora y cuántas hacían falta en abril de 2017.

Según el estudio, por los diferenciales de aumento entre ambos productos en estos cuatro años, la remera que costaba lo mismo que un kilo de carne en 2017 (precio relativo igual a uno), ahora ya no alcanza y se necesita 1,5 remera para comprar la misma cantidad de carne: subió un 50 por ciento el precio relativo.

Por otra parte, la investigación dice que “se destacan dos hechos, la diferencia entre regiones y que toda la suba puede explicarse por lo sucedido a partir de noviembre de 2020”.

Fuente: La Voz