Aún no se sabe quién será el nuevo reemplazo de Carmen Barbieri, que demorará un tiempo más en recuperarse. La emotiva despedida de su hijo, que seguirá como host digital del programa, y la tristeza del ex futbolista por tener que irse.
Una noche cargada de tensión se vivió en la primera gala de eliminación de la segunda temporada de Masterchef Celebrity. Apenas comenzado el programa, sucedió la primera sorpresa: Fede Bal, que estaba en reemplazo de su madre, Carmen Barbieri, decidió bajarse de la competencia.
“No quiero demorar mucho porque sé que el domingo es un día intenso para todos los que tienen que jugar, pero quisiera decir una cosa”, comenzó el actor desde lo alto del balcón, lugar al que acceden aquellos que mejor cocinaron durante la semana. Acto seguido, fue invitado por Santiago del Moro a bajar e informar lo que sería su renuncia: “Yo la reemplacé a mamá, le cuidaba este delantal, pero el cuadro de mi vieja va a demorar un poco más la recuperación de lo que todos estábamos esperando y, realmente, no estoy mentalmente preparado para seguir cocinando. En común acuerdo con la producción y con este equipo hermoso que es Masterchef, vimos que lo mejor sería que hoy deje mi delantal”.
Y luego agregó: “Se lo cuidé hasta donde pude. Ahora me voy a seguir ocupando de ustedes detrás de cámara, en el backstage, porque voy a ser el conductor digital de todos los contenidos de Masterchef Celebrity, en esta nueva temporada. Acá es donde más feliz soy en mi vida, me olvido de los problemas”. En ese instante, se dirigió a sus compañeros: “Defiendan este lugar porque van a ver lo lindo que es, lo lindo que se vive y lo mucho que se aprende”.
Luego de ese impactante momento, el jurado compuesto por Donato de Santis, Damián Betular y Germán Martitegui dio a conocer la consigna: los participantes debían cocinar su mejor pastel de papas para seguir en la competencia. Para ello, tenían tres minutos para ir a comprar al mercado y, luego, una hora para cocinar. Apenas escucharon el desafío, todos los concursantes pusieron manos a la obra.
Sin embargo, el camino para seguir en el certamen no iba a ser tan sencillo. Transcurridos unos minutos, una chicharra sonó y se anunció una prueba adicional: debían preparar, además, tres croquetas (que son bocados rebosados y fritos con un relleno). Para ello, podrían utilizar tanto los elementos con los que ya contaban en sus respectivas mesadas como ir al mercado a buscar otros.
Apenas terminado el tiempo, el jurado comenzó con las devoluciones. Sol Pérez y Alex Caniggia fueron los primeros en ser llamados por los jueces, ya que resultaron ser los dos mejores platos de la noche. Luego, fue el turno de Cae, Daniel Aráoz y Andrea Rincón quienes, si bien no tuvieron buenas presentaciones, siguieron en competencia. Por último, Hernán Montenegro, Mariano Dalla Líbera y Fernando Carlos fueron considerados los tres peores, ya que no les fue bien ni con las croquetas ni con el pastel de papas. Y a la hora de la verdad, el eliminado fue el ex futbolista.
“Igual estoy muy contento, la verdad es que me divertí, nunca llegué al plato italiano, pero así es esto, se gana y se pierde”, dijo el recién expulsado frente al conductor. Y en el backstage, agregó: “Soy un bendecido de estar acá y compartir con este grupo de excelentes personas, que nos fuimos conociendo día a día. Todo continúa”. Y finalizó: “Estoy feliz de tener la familia que tengo, de estar acá, con un año tan malo que hemos pasado con la pandemia, la verdad que estar acá es una bendición para todos. ¿De qué nos podemos quejar? Dejémonos de joder y vamos para adelante, a ponerle garra”.