El jugador fue invitado a Milán y a Roma, y llegó acompañado de su joven novia
La pareja fue invitada por el diario La Gazzetta dello Sport para el lanzamiento de una colección de videos con los goles y la vida del jugador titulado “Maradona, no seré nunca un hombre común”. Pero aprovechando ese viaje, astuta, la dirigencia del club La Roma puso a su disposición un avión y un auto para que Maradona estuviera en el partido en el Olímpico contra el Napoli en el cruce que se conoce como el “derby del Sud”. Así fue que el ex DT de Emiratos Arabes se paseó por Italia junto a su novia y fue seguido por miles de fanáticos y periodistas quienes hablaron de lo bien que se lo vio tanto a él como a su pareja.
El avión de Maradona y Oliva aterrizó procedente de Singapur el jueves a las 10.30 en el aeropuerto de Malpensa y el argentino se trasladó de inmediato a un hotel del centro de Milán para descansar antes del evento del diario. Descanso que dio sus frutos porque ambos se mostraron más que distendidos y alegres. Incluso, llamaron la atención por su cambio de look.
Visiblemente más delgado, Maradona no cometió ningún exabrupto y contestó todas las preguntas. En cuanto a las drogas, dijo: “Hice llorar a mis hijas, a la compañera de mi vida que es la Claudia. Le hice mal a mucha gente. Pero no me llevé a nadie conmigo. Todo el mal que me hice, me lo hice solo. Les quiero decir a los chicos que no prueben las drogas. Es una adicción demasiado fea. Dentro de cuatro meses cumpliré diez años sin tomar drogas“. Además dedicó elogios a Messi.
Por su parte, Rocio pasó desapercibida cuando debió hacerlo y sobresalió cuando la situación lo requería. A diferencia del look casual y desenfadado que suele llevar, eligió un traje sastre negro que acompañó con una remera animal print. En cuanto a los accesorios usó aros y un colgante haciendo juego. Pero la elección del vestuario, más o menos acertado, no fue el único cambio. Rocio pasó por la peluquería, se hizo arreglar el cabello, se maquilló y no dejó al azar ni siquiera las manos: se hizo hacer las uñas y pidió que el esmalte sea del mismo color que el rouge de sus labios, rojos. Tampoco se sacó los lentes de lectura en todo el tiempo que se la vio en público. Y todo eso lo acompañó con una sonrisa discreta. Una vez finalizado el evento la pareja volvió al hotel.
El viernes temprano, juntos viajaron a la capital del país para ver el gran partido de La Romacontra el Napoli, al que fue invitado por el primero. “Diego está satisfecho por este gesto, un gran ejemplo de deportividad, que le fue realizado a pesar de que para los romanos es un adversario”, dijo uno de los abogados del astro, Angelo Pisan.
Incluso, el día anterior el jugador argentino había dicho que le gustaría ser DT del Napolicuando se vaya Benítez. Aún así los romanos lo invitaron. Pero al partido no fue solo con su novia, quien también lució un look más sobrio de lo habitual, también estuvo en la platea su hija mayor, Dalma. Y una vez más, lejos de los exabruptos, Maradona se mostró tranquilo y disfrutando del show.