Un cabo primero que fue desplazado el viernes de la Dirección General de Lucha contra el Narcotráfico de la Policía de Córdoba amenazó con quitarse la vida dentro de la dependencia ubicada en barrio San Pablo, pero fue disuadido horas después, según informó el fiscal de turno, Marcelo Fenoll. En declaraciones a un medio de Córdoba, Fenoll -que se desempeña habitualmente como el fiscal de 30ª Nominación- explicó que el cabo primero -de 32 años y cuya identidad el fiscal se excusó de brindar para preservarlo a él y a su familia- ingresó a las 9.15 a bordo de un automóvil de la dirección, sin uniforme y con su arma reglamentaria. 
 
Se bajó del vehículo y se dirigió a un sector interno de la dependencia, donde trabajaba "como apoyo", al parecer como auxiliar en esa dirección, agregó Fenoll.
 
Compañeros suyos se "alarmaron" al ver que el cabo primero, que estaba en la lista de los que fueron desplazados de sus funciones, como publicó hoy este diario, esgrimió su arma y comenzó a realizar "ademanes" con ella de que iba a quitarse la vida. 
 
Según el fiscal, aparentemente además de "la situación de base" del hombre, que estuviera viviendo "una situación de angustia por un problema familiar grave, de salud y que repercute en su vida familiar", como dijera a Cadena 3, se sumaba "el reordenamiento que involucra la reasignación de tareas policiales", desplazamientos que tomaron "conocimiento público", lo que hizo que considerara que él y sus compañeros estaban bajo "un gran escarnio", algo que lo afectaba.
 
"Lo que quería era hablar con los directores generales de (la dirección)", señaló Fenoll. El fiscal mencionó a la emisora que quería hablar con el comisario Miguel Ángel Pizarro, nuevo jefe de la Dirección de Lucha contra Narcotráfico. "Solicitaba hablar con el director de Lucha Contra el Narcotráfico delante de sus propios compañeros para expresar su malestar por esta situación de escarnio público", añadió el fiscal a la emisora.
 
El cabo tenía "la necesidad de expresar" su "sensación" por los desplazamientos ante sus superiores y compañeros, por lo que pidió garantías de que iba a poder hacerlo, dijo el fiscal a este diario.
 
Una ayudante fiscal de la Unidad Judicial que está localizada al lado de esa Dirección dio aviso a Fenoll acerca del policía, tras lo cual el funcionario judicial habló con la fiscal General de la Provincia, Marta Cáceres de Bolatti, y posteriormente se dirigió a la dirección.
 
Si bien los responsables de la dirección estaban presentes en la dependencia, agregó el fiscal, el personal de Eter que intervino -con negociadores y psicólogos- consideró que no era "prudende" que el policía se comunicara con ellos.
 
"Gracias al profesionalismo y eficiencia de la gente del operativo, psicólogos y negociadores", según Fenoll, el efectivo fue disuadido de su accionar y entregó el arma por sí mismo, sin necesidad de que se produjera un contacto físico con él. Todo concluyó cerca de las 13.
 
El hombre recibió asistencia por la situación "de desborde y angustia", contó el fiscal. "La prioridad era (contenerlo) clínica y psicológicamente" ante la situación de "derrumbe emocional", describió.
 
El cabo fue trasladado a una clínica, y no pesa sobre él ninguna medida administrativa o judicial derivada de lo sucedido este sábado, dijo el fiscal. El funcionario dijo que no conocía a qué sector fue derivado el efectivo a partir del desplazamiento.
 
Fenoll señaló a la emisora que el policía no es investigado en ninguna causa.


Fuente: La Voz del Interior