Nacieron con apenas unas horas de diferencia. Hugh Grant, el 9 de septiembre en el hospital londinense de Charing Cross. Colin Firth, el día 10, en la campiña inglesa (Grayshott). Ambos formaron parte de la generación de jóvenes actores británicos que se convirtieron en estrellas globales: Daniel Day-Lewis, Tim Roth, Gary Oldman... Y ambos coincidieron a finales de los 90 en las exitosas adaptaciones cinemetográficas de los libros de 'Bridget Jones', como rivales por el amor del personaje que encarnó Renée Zellweger.
Ambos representan también dos encarnaciones del 'chulazo' inglés. Aunque con diferentes matices: Grant se especializó en potenciar su atractivo físico con una vis cómica en su rostro atribulado. Así, se convirtió en un referente de las comedias románticas de finales del pasado siglo, como 'Cuatro bodas y un funeral' (1994), 'Nueve meses' (1995) y 'Notting Hill' (1999), entre otras muchas. Eso no significa que no trabajase el drama: ahí están 'Maurice' (1987), 'Lunas de hiel' (1992) y 'Lo que queda del día' (1993).
Firth, por su parte, optó por una máscara más flemática, de 'gentleman' exquisito, después de comenzar como el rijoso vizconde de 'Valmont' (1987), una de las dos versiones de 'Las amistades peligrosas' que se rodó aquel año. Siguió sin hacerle feos a papeles tórridos, como 'Femme fatale' (1991), pero empezó a encontrarse con sí mismo en la versión televisiva de 'Orgullo y prejuicio' (1995), la novela de Jane Austen. Se da la circunstancia de que ese mismo año Hugh Grant protagonizó otra adaptación, en este caso a la gran pantalla, de otra novela de la autora, 'Sentido y sensibilidad', a las órdenes de Ang Lee.
Luego llegaron 'El paciente inglés' (1996), 'Shakespeare in love' (1998), y las dos primeras entregas de 'Bridget Jones'. Pero no fue hasta hace 10 años que empezó a ser reconocido, gracias a sus papeles en 'Un hombre soltero' (2009) y, sobre todo, 'El discurso del rey' (2010), por la que consiguió el Oscar al mejor actor protagonista.

Además de en Bridget Jones, Firth y Grant volverían a coincidir (aunque no compartiendo planos) en 'Love actually' (2003), acaso la última gran comedia romántica coral. En 2016 Firth regresó a la famosa saga en 'Bridget Jones' baby', tercera entrega cinematográfica del personaje creado por Helen Fielding, aunque en esta ocasión Grant declinó participar y no volver a pelearse con Firth.
En los últimos años, ambos han aparecido en los tabloides de su país, aunque por motivos diferentes. Firth, tras hacerse pública una infidelidad de su esposa, la italiana Livia Giuggioli, durante una separación terminó divorciándose de ella a finales del pasado año.
Grant, en cambio, ha ido dejando a un lado su imagen de 'bon vivant' indolente para convertirse en un combativo altavoz de diferentes causas. En 2012, por ejemplo, hizo frente contra el caso de pinchazos telefónicos del diario 'News of the world', del cual había sido una de las víctimas. Y más recientemente se ha convertido en látigo contra el partido conservador de Boris Johnson, a cuento del Brexit.
Sin embargo, su apocalipsis tabloide se produjo a finales de los 90, en pleno apogeo de su carrera, cuando fue detenido en Los Ángeles tras ser sorprendido por la policía con una prostituta que le estaba practicando sexo oral. De aquellas formaba la pareja de moda con la actriz Elizabeth Hurley, también británica y a la que conoció durante el rodaje de una película española: 'Remando al viento' (1988), de Gonzalo Suárez, en la que él interpretaba a Lord Byron.

El Mundo