En las altas llanuras del noroeste de Argentina, la fotoperiodista Chiara Salvadori se encontró con una escena verdaderamente mágica. De pie, a una altura de 3.900 metros, rodeada por la belleza deslumbrante del Salar de Antofalla, una de las salinas más grandes del mundo, observó cómo los colores del paisaje cambiaban y eran moldeados por las sombras de las nubes que fluían rápidamente por encima. Una de las cosas que más llamativas para Salvadori fue la ausencia de humanidad en el lugar. De hecho, el lecho de sal seca del salar es poco compatible con la vida. Sin embargo a lo largo de sus bordes y en las laderas de los altísimos volcanes cercanos, sobreviven las plantas y animales más resistentes. Formada en gran parte por el viento y la sequía, la dureza de la región, con toda probabilidad, continuará protegiendo su belleza surrealista.
Clouds of Salt: Fotografía ganadora en la categoría Art of Nature de la Competición Big Picture Photography Awards 2019
National Geographic