Carlos Molinari, un nombre que había sonado en el escándalo por lavado de dinero pero del cual no se sabía mucho hasta hoy, rompió el silencio. En diálogo con el periodista Jorge Rial se autodenominó como un empresario que se dedica a hacer desarrollos inmobiliarios en la Argentina y que cumple con todos los requerimentos de la AFIP.
 
A modo de ejemplo, Molinari reveló que al día siguiente de haberse publicado la cámara oculta a Fariña, se desplegó un amplio operativo del organismo recaudador en sus oficinas, en el que constataron que todos los papeles estaban en regla.
 
"Uno tiene miedo de decir algunas cosas porque sino rápidamente lo tildan de K o anti K. No es verdad que no funcionan los controles. En mi caso yo puedo dar testimonio de que se actuó muy rápido", indicó. 
 
Al ser consultado sobre las denuncias realizadas en el programa Periodismo Para Todos sobre la existencia de una supuesta red de lavado de dinero, Molinari aseguró: “A mí no me consta y nunca me llegó una propuesta en ese sentido".
 
"Soy un hombre de negocios; hago negocios. Y no me dio la sensación de tener la capacidad para hablar de este tipo de cosas”, declaró en una extensa entrevista radial.
 
 
 
Molinari admitió haber contratado a Fariña para instalar una agencia de autos de lujo pero la relación se rompió el día que el mediático empresario lo desoyó y realizó ostentación de su poderío económico en el programa de televisión Animales Sueltos, que se emite en América.
 
"Le advertí a Fariña que su exposición era inadecuada y por eso lo despedí. Creo que tiene la inexperiencia que lo llevan a decir cosas que agrandan la realidad", confirmó.
 
El periodista Jorge Lanata declaró en diversas entrevistas que los dichos de Fariña de aquella noche fueron los que motivaron el inicio de su investigación. Ese día el esposo de Jelinek había indicado que tenía miedo de que lo maten.
 
Molinari afirmó que nunca vio a Fariña "en acciones vinculadas con lo financiero", aunque aclaró que eso no significaba que el contador nunca hubiera participado en ese tipo de acciones.
 
El empresario también contó la relación que lo une con Elaskar, el financista arrepentido que primero había acusado a Fariña de lavado. Afirmó que "nunca" hizo negocios con él, y detalló cómo lo conoció.
 
"Lo conozco en 2001 o en el 2000. En ese momento Elaskar debía tener 15 o 16 años, tenía un departamento en el mismo edificio en el que vivía, y se hace amigos con mi hijo. Un día cae el FBI porque se dedicaba a tiara botellas por la ventana. Era un chico revoltoso, y lo conozco de esa época, nunca hice negocios ni nada por el estilo", aseguró.
 
Asimismo, Molinari admitió que conoce a Fabián Rossi, pero también negó que hayan compartido negocios.
 
"Rossi era la persona que podía organizar la prensa, hacer de intermediario entre la gente que efectivamente llevó adelante la organización del casamiento (de Fariña con Jelinek), y la relación con los invitados y con la prensa. La coordinación de todo eso, inclusive la seguridad, todo eso fue lo que hizo Rossi", contó.
 
Molinari admitió que fue él quien pagó el casamiento de Fariña con Jelinek. El monto fue de $480 mil en cheques. Además, admitió que el mediático hizo una fiesta "para conseguir inversores" que también fue costeada por él.
 
 Y negó tener vínculos con Lázaro Báez: "No lo vi en mi vida, jamás crucé un llamado ni un saludo".
 
Además, el empresario negó que sea "el zar de las viviendas sociales en Miami", afirmó que sólo firmó "un acuerdo con esa ciudad que nunca llegó a concretarse", y fustigó las denuncias que realizó Elisa Carrió porque "cuando tienen que presentar pruebas, no tienen un solo papel".

Fuente: infobae.com