En otro de sus conmovedores gestos, Francisco decidió no protegerse y empaparse para saludar a los miles de fieles que lo esperaban en la Plaza de San Pedro. En su clásica audiencia de los miércoles, definió a la Iglesia como "una gran orquesta donde todos están en armonía"
En otro de sus gestos nobles que han revolucionado al mundo desde su llegada al Vaticano a comienzos del año, el papa Francisco se mantuvo durante una hora bajo la lluvia para saludar a las decenas de miles de fieles que se habían congregado para saludarlo en la Plaza de San Pedro.
Sin la protección de un paraguas o de una capucha, Su Santidad recorrió la plaza abarrotada (se calculan unas 100 mil personas, número que se repite todas las semanas) saludando y bendiciendo, antes de subirse al estrado desde donde encabezó su tradicional audiencia de los miércoles.
Luego de agradacerle a las personas por haber sido "valientes" por darse cita en la plaza vaticana a pesar de la lluvia, Francisco dio comienzo a su ángelus, en el que entregó varias definiciones acerca de lo que es la Iglesia Católica, ya que dijo que el tema del día sería "la catolicidad".
"La Iglesia es católica, porque es la casa de la armonía, donde unidad y diversidad saben conjugarse para covertirse en riqueza", aseguró Francisco, quien la comparó con una sinfonía, "donde todos están en armonía".
"Una bella imagen que nos dice que la Iglesia es como una gran orquesta, donde hay variedad", agregó.
Ahondando sobre la importancia de la variedad, el Sumo Pontífice sostuvo que "no somos todos iguales ni debemos ser todos iguales", pero aclaró que se trata de una diversidad "que no entra en conflicto, que no se contrapone, que se deja fundir en armonía por el Espíritu Santo".
Sin embargo, advirtió que la uniformidad "lo mata todo", por eso la vida de la Iglesia era "diversidad".
Francisco, quien fuese recientemente elogiado por el presidente de los EEUU, Barack Obama, por su vocación para la unidad y la aceptación, dijo además que la Iglesia no era "un grupo de élite, no es solo para algunos".
"La Iglesia no está solo a la sombra de nuestro campanario. Tenemos que abrir nuestras puertas y salir por el Evangelio. Es enviada a la totalidad de las personas", explicó Francisco.