La primavera es una de las mejores épocas del año para fotografiar la naturaleza: comienzan a subir las temperaturas, las horas de luz, los anfibios se activan de su letargo, las aves empiezan a criar, se produce la explosión vegetal de los bosques, la floración de prados y campiñas e infinidad de insectos inician su actividad. Sin embargo la pandemia de la COVID-19 nos ha obligado a confinarnos en nuestras casas. A lo largo de estos casi infinitos días de encierro, el fotógrafo Roberto González García, ha decidido no renunciar a su pasión y ha aprovechado para fotografiar a los vertebrados que podía escuchar y observar desde su propia casa. En estos casi 60 días ha podido registrar hasta 73 especies de aves diferentes, entre las que se encuentra este herrerillo común.
Gonzalez, artífice del proyecto WildLight Cantabria, el cual aúna fotografía y conservación, reflexiona sobre este periodo vivido por todos: "vivimos una época en la que, de alguna manera, nos estamos dando cuenta de qué es lo que verdaderamente sustenta la vida. El deterioro de la armonía de nuestra relación con la naturaleza y la degradación de la misma afecta a nuestra propia supervivencia". "Una vez más la información que aporta la ciencia se antepone como la salida más viable para el futuro de una sociedad saludable. Proteger la naturaleza que nos rodea es la base para evitar situaciones como la actual", continúa. "Y es posible que tengamos que redefinir nuestro modelo de vida, en el que la conservación de la naturaleza que nos rodea retome el papel que nunca debió perder", sentencia.
Si quieres conocer un poco más sobre el proyecto WLCantabria o seguir su evolución puedes hacerlo a través de Facebook, Twitter e Instagram.