Las escuelas y academias de oficios de la ciudad solicitan que se las aparte del sector formal de la educación para que puedan volver a las actividades.
Marina Motta, representante de una escuela de cocina, señaló que el promedio de alumnos y alumnas por clase en ningún caso excede los 15 por turno y los espacios son amplios para evitar el contacto.
Consideró que de esta manera se puede abrir la posibilidad de trabajar con un protocolo que ya fue elevado.
Solicitada a los Medios
Las Escuelas y academias de Oficios (Cocina, Música, Arte, etc.) de la ciudad de Río Cuarto nos encontramos ante una situación muy especial frente al efecto de la pandemia y la cuarentena obligatoria.
Sólo pocas semanas pudimos ejercer nuestra amada tarea educativa y luego las puertas se cerraron.
La realidad es que todos hemos buscado alternativas para sobrellevar este momento, clases virtuales, zoom, grupos de WhatsApp, sin embargo, la demanda de los alumnos y alumnas es grande, porque una clase teórica no es un problema de que sea virtual, pero todo se complejiza frente a la educación práctica que requiere de los profesores a la par, que como en el caso de las escuelas de cocina necesita de probar, de degustar, de poner las manos en la masa y experimentar.
Entre todos los responsables de las academias de cocina y escuelas de oficios hemos dialogado para enfrentar esta pandemia, hemos armado protocolos de cuidado para profesores y alumnos, somos conscientes de que hay grupos etarios que no podrán volver por este año, nos hemos reunido con autoridades municipales, sin embargo, hay puntos grises en las legislaciones planteadas que no nos permiten abrir, lo que conlleva a que la situación se vuelva insostenible en el tiempo.
Es importante aclarar que nuestro promedio de alumnos y alumnas por clase en ningún caso excede los 15 por turno, los espacios son amplios para evitar el contacto. No somos escuelas donde asisten niños o adolescentes, ni se produce congestionamiento de personas, por lo que entendemos que somos espacios educativos a los que se debería medir con una lógica diferente a la de una escuela primaria o secundaria.
Hoy nos dirigimos a los medios de comunicación para que visibilicen nuestra voz, para que comprendan que estamos dispuestos a adaptarnos y a acomodar nuestros espacios en función de garantizar la salud de las personas, y también queremos que el Municipio, el COE y la comunidad comprenda que en cada escuela hay muchas personas que viven de las mismas y que si las clases no comienzan no tendrán trabajo para sobrellevar su cotidiano vivir.
Pedimos ser escuchados, pedimos que la flexibilización también nos abarque y que nuestros espacios se vuelvan a activar, somos gente de trabajo, somos respetuosos de la vida y nos comprometemos a cuidar cada detalle sanitario de nuestras escuelas para poder volver a funcionar.
Gracias…
Escuela Gastronómica Patagónica – IGI - IGA,
Osvaldo De María – Violeta Escuela de Cocina – L´etoile