Bill Gates se ha comprado la casa más cara de todo San Diego. El fundador de Microsoft ha invertido 43 millones de dólares, 39,87 millones de euros, en una mansión construida en 1999 por el arquitecto Ken Rochetti. A pie de playa y con una superficie de 550 metros cuadrados en una sola planta, es el lugar perfecto para asegurar la privacidad de su familia.
Con seis dormitorios y cuatro baños, además de varios salones y una terraza de cuarenta metros cuadrados con vistas al Océano Pacífico, es una casa que dispone, como es de suponer, con las más punteras y nuevas tecnologías. Para comenzar no se precisan llaves, la calefacción es por suelo radiante y los sistemas de seguridad, iluminación y climatización completamente automatizados.
La compra la han gestionado en pleno confinamiento, desde la enorme mansión en la que viven Bill y Melinda Gates y en que el magnate invirtió siete años y 63 millones de dólares. Esa mansión de película está en Medina, Washington, y está bautizada como Xanadu 2. un guiño al lugar donde vivía el personaje de ficción Charles Foster Kane de Ciudadano Kane.

Ahí, en el barrio residencial de Seattle donde también vive Bezos, los Gates disponen de una superficie de 7.000 metros cuadrados, siete habitaciones y dieciocho baños... todo según el registro de la propiedad.
Pero el fundador de Microsoft sigue añadiendo caprichos a su amplio patrimonio. A principio de febrero ya fue noticia por su compra de un Porsche eléctrico que, claro, le valió las críticas de muchos, pero sobre todo las del fundador de Tesla.

Las razones de por qué se compró un Porsche Taycan en lugar del Tesla Model S, es decir un automóvil alemán en lugar del que produce su vecino, quedó explicada en la entrevista que el youtuber Marques Brownlee publicó en Youtube. Ahí explicaba que había elegido “simplemente” su marca preferida. La diferencia entre ambos modelos es de 110.000 euros. Porque el Tesla cuesta justo esa cantidad, 100.000 euros y el Porsche 210.000.


Amigo del lujo y de la última tecnología, Bill Gates no escatima cuando algo realmente le apetece. De hecho recientemente se ha especulado que ha destinado 590 millones de euros para hacerse con el Sinot Aqua, es el primer yate de lujo movido por hidrógeno. Presentado recientemente en el Salón Náutico de Mónaco, tiene cinco cubiertas, capacidad para 45 personas y se alimenta gracias a dos tanques de hidrógeno de 28 toneladas que le proporcionan casi 7.000 kilómetros de autonomía.

Perro no ha confirmado la compra (y en principio los armadores del lujoso yate salieron al paso para negar los rumore) y por lo tanto queda en eso. En una posibilidad. Lo que sí ha hecho el magnate es implicarse al máximo en la lucha contra la pandemia. Él que ya predijo que pasaría algo así en 2015, ha apremiado al G20, el grupo de las potencias industrializadas y países emergentes, a invertir más dinero en el desarrollo de una vacuna contra la COVID-19 Los países del G20 no deben “titubear” en su apoyo financiero a la lucha contra la pandemia del coronavirus, escribe el copresidente de la Fundación Bill y Melinda Gates, en una columna publicada en el dominical del diario alemán “Die Welt”.

Por la situación mundial, y por la familiar, este va a ser un año para recordar para los Gates. De hecho, el pasado mes de febrero, Jennifer Gates anunciaba su compromiso con Nayel Nassar, un joven egipcio de buena familia a quien conoció estudiando Administración y economía en Standford. Planean casarse pronto. Este mismo año.

Dedicándole la frase “eres uno entre un millón”, la hija del empresario y Melinda Gates explicaba en las redes sociales su compromiso. “Caí rendida el pasao fin de semana cuando me sorprendiste en el lugar más sifnificativo de una nuestras tantas pasiones compartidas”, escribía la joven respecto a su compromiso con su novio de 28 años. Y este, a su vez, exclamó en las redes “Dijo que sí! Me siento el hombre más afortunado del mundo y dichoso. Jenn, eres todo lo que podría haber imaginado y mucho más”.

Vanguardia