Cinco meses después de haber sido recibido en el Palacio de la Moncloa, este martes Alberto Fernández volvió a visitar, esta vez ya como presidente y no como candidato, a Pedro Sánchez, el jefe del gobierno español.
Sánchez recibió al presidente argentino pasadas las 13.30 hora española, y estuvieron reunidos a solas durante casi una hora. Luego, compartieron un almuerzo en el que participaron, además de los dos mandatarios, el canciller argentino, Felipe Solá, el diputado y ex embajador en el Vaticano Eduardo Valdés, y el secretario general de la presidencia, Julio Vitobello.
"Siempre es grato oírlo y ver que compartimos visiones del mundo. Me ofreció su sincero apoyo para que la Argentina pueda salir adelante y ponerse de pie", escribió el Presidente en su cuenta de Twitter.
Por la tarde, Fernández tendrá un encuentro con el rey Felipe VI en el Palacio de la Zarzuela.
De la gira europea que Alberto Fernández emprendió en busca de apoyos políticos para su gestión económica, esta escala española es la más relajada: el presidente y Pedro Sánchez mantienen una relación desde hace años. “Tenemos visiones similares sobre lo público y coincidimos en priorizar a los más vulnerables”, dijo Fernández hace un mes, cuando felicitó a Pedro Sánchez por haber logrado formar gobierno luego de la repetición electoral de noviembre de 2019.
El objetivo de la visita a España es el mismo que ya lo llevó a Italia y Alemania: seguir sumando apoyos en la negociación de la deuda ante el Fondo Monetario Internacional (FMI) y disipar dudas sobre la inserción en el mundo del Gobierno. "Hasta ahora la gira es un 10, por no decir un 11", graficaron cerca del Presidente tras la reunión con Merkel.
Fernández es el primer jefe de Estado o Gobierno que viaja a España tras la toma de posesión del nuevo Ejecutivo de Pedro Sánchez; ahora en coalición con Unidas Podemos.
El mandatario argentino ya había visitado en Sánchez tras las PASO y antes de las generales. En la comitiva oficial, confiaban en el apoyo del líder del PSOE.
En la delegación contaron a Clarín que la gira también sirvió para disipar dudas sobre la política exterior de la Casa Rosada y sobre el presunto aislamiento que propiciaría el Frente de Todos y que -recuerdan- instaló Mauricio Macri en la campaña.
El Presidente había acordado el encuentro con el rey cuando ambos coincidieron en Jerusalén, en las conmemoraciones por el Día Mundial del Holocausto.
Como en Roma, donde se hospedó en la residencia del embajador ante la Santa Sede, el Presidente hace base en la sede diplomática argentina en Madrid, una idea que al principio había quedado descartada por la falta de agua caliente.