Las doce personas que participaron de las ruedas de reconocimiento no lograron ubicar a Alejo Milanesi en la escena del crimen. Cómo sigue la causa.
Solamente uno de los diez rugbiers detenidos por el crimen de Fernando Báez Sosa a la salida de un boliche en Villa Gesell no fue señalado por ninguno de los doce testigos que participaron en las cuatro jornadas de ruedas de reconocimiento. Sobre la causa, restan conocer las pericias a las prendas secuestradas y el material de las cámaras de seguridad en la salida de Le Brique para que la fiscalía impulse el pedido de procesamiento con prisión preventiva.
Se trata de Alejo Milanesi, de 20 años, hijo de una docente y de un profesor de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN), según confirmó a Clarín una fuente cercana a la investigación. El joven, de 20 años, jugaba al rugby en el club Naútico Arsenal de Zárate junto a Blas Cinalli y a los hermanos Ciro y Luciano Pertossi, también detenidos por el asesinato del chico de 18 años.
Justamente ellos cuatro, Milanesi, Cinalli y los hermanos Pertossi, fueron los únicos rurgbiers suspendidos por el club, tres días después de que se conociera la noticia del asesinato de Fernando.
La comisión directiva comunicó en ese momento que la medida fue tomada debido a que las acusaciones en contra de los deportistas repercutían en la imagen de la institución y además porque ya habían tenido "episodios violentos" con anterioridad.
Si bien todavía no está claro cuál fue el rol de Milanesi en la brutal golpiza que terminó con la vida del estudiante de Derecho, permanece imputado como sus compañeros del delito de “homicidio agravado por el concurso premeditado de dos o más personas”.
"Están todos complicados, porque independientemente del rol, entendemos que actuaron todos de forma mancomunada", remarcó el martes al terminar la última rueda de reconocimiento el abogado querellante, Fabián Améndola. La pena que enfrentan los rugbiers, de ser encontrados culpables, es la de prisión perpetua.
Este miércoles está previsto que declaren ante la fiscal del caso Verónica Zamboni dos nuevos testigos: un joven que se encontraba en la puerta del boliche Le Brique en el momento del crimen y un taxista. "Los dos testigos son muy sustanciales. Es importante recibirle declaración a todas las personas que hayan podido presenciar y aportar algo", explicó.
En diálogo con C5N esta mañana, Fernando Burlando, abogado de la familia de la víctima, se mostró confiado en que por fin se rompa el pacto de silencio entre los acusados. "Ya sea por el peso de su consciencia o por el peso de la prueba, lo mejor que pueden hacer es empezar a hablar", afirmó.
Por el hecho hay un undécimo imputado, el remero Pablo Ventura, quien estuvo detenido cuatro días hasta que fue liberado por la Justicia tras determinar que no estaba en Gesell en el momento en que ocurrió el homicidio.