Apenas ensombrecido por aquella denuncia de su ex mucama, que de a poco parece ir quedando atrás, Pampita y Roberto García Moritán disfrutan desde hace casi dos meses un presente continuo de festejos, uno detrás del otro. A su boda -celebrada a poco de haberse conocido- le siguió una luna de miel soñada en París y, poco después, unas vacaciones en Punta del Este desde antes de que comenzaras las Fiestas.
Y aquí, en las costas esteñas, permanecen aún, prologando una jornada ininterrumpida de fiesta: arrancó en la medianoche del jueves, cuando la modelo sopló la velita de una pequeña torta por sus 42 años, y se extendió hasta las primeras horas del sábado, esta vez para que sea García Moritan quien reciba el “que los cumplas feliz” por sus 43. Así es: los esposos nacieron con un año y un día de diferencia (Caro el 17 de enero; Rober, como lo llaman los amigos, el 18). Y si bien ella se asomó al mundo en General Acha, La Pampa, y él en los Estados Unidos, siendo hijo de un diplomático de carrera, el destino -o aquel hilo rojo del que hablan los orientales- los terminó uniendo en el 2019.
A los dos les sobran los motivos, entonces, para celebrar. Y lo dicho: así fue. Este viernes -en una fiesta unificada- todo comenzó al atardecer en un parador de José Ignacio, Las Piedras, que fue cerrado especialmente para recibir a los 100 invitados: todos ellos pudieron ver la increíble puesta del sol, un verdadero clásico de estas latitudes. Dieron el presente figuras de la farándula como Barbie Simons, Pancho Dotto, Barby Franco y Fernando Burlando, pero también dirigentes políticos, como Rogelio Frigerio y Cristian Ritondo, entre otros.
Por supuesto, estuvieron los hijos de Pampita (Bautista, Benicio y Beltrán), por supuesto, y los de García Moritán (Santino, quien cumplió en diciembre... ¡como para sumar otro festejo!, y Delfina). También la ex mujer del empresario, Milagros Brito, junto a su actual pareja, como para terminar de lanzar por la borda cualquier habladuría sobre algún roce entre ellos, como se dijo en un principio.
Pamita lució un vestido lencero de corte midi y breteles finitos en color negro. La Completó su look con una campera de jean bordada con tachas y piedras. En sus pies, optó por unas sandalias de taco redondo y detalles de pvc transparente. Los accesorios que eligió para la noche de su cumpleaños fueron unas pequeñas joyas de brillantes: aros, esclavas y anillos. ¿Y García Moritán? Camisa y zapatillas blancas, pantalón oscuro.
Ya al caer la noche comenzó el baile, con la DJ Puli Demaría, íntima amiga de la anfitriona. Y cuando las agujas del reloj marcaron las 12, el cumpleaños de Pampita llegó oficialmente a su fin y, en el albor del 18 de enero, su esposo sopló las velitas. “Nunca en mi vida fui tan feliz como en este momento -dijo el empresario-. Tengo dos hijos perfectos, la mejor mujer del mundo, y tengo tres nuevos hijos que me hacen muy feliz. Y millones de amigos. Muchísimas gracias a todos los que están acá".
De inmediato tomó la palabra la jurado del Bailando. “(Fue) uno de los cumpleaños más felices de mi vida”, les contó a los invitados. “Gracias por todo el amor que nos dan, siempre. Contamos con ustedes en todas las situaciones", dijo, y concluyó, casi cruzando los dedos: "Por suerte hace mucho venimos festejando puras cosas buenas. Que sigan así...”. Acto seguido, siguió el casamiento... ¡perdón! Siguió la fiesta. Y es que por su algarabía (con Pampita y Roberto sobre los hombros de dos amigos), parecía una boda. Y está muy bien. Que esta luna de miel no se termine nunca.
Fuente: Infobae