El hijo de Eduardo Aliverti tuvo un inesperado cambio de actitud y acordaron no injuriarse más públicamente; "Fue una perdón sincero, lleno de lágrimas", contó la mujer.
En un giro inesperado en su actitud, Pablo García le pidió disculpas a la viuda de un hombre al que atropelló en febrero pasado y se hizo responsable del hecho por primera vez .
En San Isidro, después de someterse a las pericias psicológicas por la causa, el hijo del locutor Eduardo Aliverti se mostró junto a Catalina Ramírez, viuda de Reinaldo Rodas, un vigilador que murió cuando García lo atropelló en Pilar mientras andaba en bicicleta.
"Fue un perdón sincero, lleno de lágrimas. Me llegó mucho. Yo también lloré porque me sorprendí como persona. Antes lo veía muy soberbio. Hoy Pablo García me sorprendió", contó Ramírez en declaraciones a la prensa.
Según contó la mujer, García dijo que su cambio de actitud se originó con el nacimiento de su beba, que tiene 20 días. "Yo le pedía por favor que no me siga destrozando la vida a mí ni a mi hijo. Que lo haga por su nena. Por respeto. Ahí fue cuando entablamos la conversación", comentó Ramírez.
Además, después de mostrarse junto a García -quien hizo unas breves declaraciones y le dio un beso en la mejilla antes de partir-, Ramírez agregó que ambos llegaron a un acuerdo. "Le dije «Respetame a mí, a mi hijos, a la familia Rodas para que no nos sigamos hiriendo»", señaló Ramírez.
"Le pedí por favor que no se hable más del tema, que todo se hable en el juzgado, con los abogados y con la fiscal", continuó, y dijo que ella, en cambio, sí podrá hablar del caso pero "sin herirlo".
"Él dijo «Me hago responsable, soy responsable»", indicó la mujer.
"Me siento un poco más aliviada -continuó-. Yo soy muy creyente, creo en Dios y en la virgen. Cuando venía para acá, le pedía que me diera sabiduría para hablar con este señor porque era una manera de decir basta".
La semana pasada, cuando debían comenzar originalmente las pericias psicológicas, García volvió a despertar el enojo de la familia Rodas cuando dijo: " Uno no puede pedir perdón ni disculpas por algo de lo que no se siente responsable". Desde el comienzo de la causa, el joven acusó al vigilador por el accidente. "Para mí es un canalla, un imbécil y un asesino. Destrozó mi vida y la de mi hijo con las cosas que dijo", opinó Ramírez tras esas declaraciones.