La situación pasó a revestir perfiles de escándalo cuando, aún no se sabe cómo y por qué, las imágenes comenzaron a circular de celular en celular con el lógico perjuicio para los propios protagonistas. 

El hecho propiamente dicho habría ocurrido hace aproximadamente un mes y medio, pero se hizo público entre el alumnado en las últimas semanas.

Alertados por la inesperada situación, las autoridades de la entidad tomaron rápida intervención, individualizaron a los alumnos y llamaron a los padres para poner en su conocimiento lo ocurrido. 

De acuerdo con fuentes de la comunidad educativa, se sucedieron reuniones para tratar el tema y lograr mediante el apoyo del gabinete psicopedagógico, la contención necesaria para los involucrados y el resto de los compañeros. 

Las mismas fuentes dejaron entrever que “resulta sumamente complicada la situación de la mayoría de los adolescentes, que no parecen tener ni la contención ni los límites necesarios en la familia, lo que se ve claramente en los ámbitos educacionales donde muchas veces el docente se ve sobrepasado”. 

Trascendió que las imágenes no habrían sido subidas a sitios de internet sino que, al menos hasta el momento en que tomó estado público en el colegio, sólo se habían difundido entre celulares.