Además reiteró que quería la reelección del actual jefe de Estado, Mauricio Macri, e indicó que no impondrá “represalias” contra el nuevo gobierno de Buenos Aires.
El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, afirmó este viernes que no asistirá a la asunción del mandatario electo argentino, Alberto Fernández, el próximo 10 de diciembre en Buenos Aires. Reiteró que quería la reelección del actual jefe de Estado, Mauricio Macri, pero indicó que no impondrá “represalias” al país vecino y que espera que el nuevo gobierno kirchnerista continúe la política con Brasil.
Bolsonaro se refirió a la Argentina mientras defendía la reforma previsional aprobada por el Congreso brasileño el mes pasado y dijo que no habría nuevas oportunidades para salvar la economía de su país si no se aprobaba.
“Miren a Argentina en su complicada situación, nuestro hermano del sur. Ruego a Dios que todo vaya bien allí. Animé por el otro, ¿verdad? Una vez que Fernández ganó, sigamos adelante. No hay represalias de mi parte y espero que continúen haciendo una política con nosotros similar a la que Macri ha hecho hasta ahora", añadió en diálogo con la prensa.
Argentina es el tercer socio comercial más grande de Brasil y el mayor comprador de productos manufacturados brasileños. No está claro qué tipo de represalia podría tomar el gobierno de Bolsonaro contra su principal socio en el Mercosur sin dañar a las empresas exportadoras brasileñas.
Este jueves, el canciller argentino Jorge Faurie envió al embajador brasileño en la Argentina, Sergio Danese, una carta “personal” protestando por las declaraciones formuladas por Jair Bolsonaro sobre Alberto Fernández. También cuestionó los mensajes en redes sociales de Eduardo Bolsonaro –hijo del líder brasileño– sobre Estanislao Fernández, primogénito del presidente electo de la Argentina.
Antes de escribir la carta, como informó Infobae, el canciller conversó sobre este tema con Macri, quien autorizó a que se realice la protesta formal apostando a una transición ordenada también en el plano de las relaciones internacionales.
Este jueves, el ministro de Relaciones Exteriores habló del tema en una conferencia de prensa que se realizó en Casa Rosada tras la reunión de Gabinete: “Creo que esto tenemos que encararlo de un modo adecuado. En este momento de transición, la contribución más grande que puede hacer el Gobierno es dejar a su sucesor en el mejor pie posible y con su mejor capacidad de diálogo".
En una entrevista con Luis Novaresio en radio La Red, el funcionario había manifestado su idea de no escalar aún más el conflicto para evitar un daño en las relaciones entre Argentina y Brasil. Sin embargo, tras el encuentro de ministros, Faurie reveló que horas antes había remitido la carta con la protesta formal al embajador del vecino país.
En diálogo con los periodistas acreditados en Casa Rosada, el ministro de Relaciones Exteriores dijo que “el diálogo (con Brasil) es ineludible por la proximidad geográfica, por los vínculos comerciales y los proyectos que tenemos en el marco internacional. No olvidemos que este lunes logramos la elección del nuevo director general de la Agencia Internacional de Energía Atómica, que fue una candidatura regional trabajada con los funcionarios de (Jair) Bolsonaro”.
La sucesión de declaraciones que vino realizando el presidente de Brasil contra el kirchnerismo y el presidente electo de la Argentina, que fueron escaladas por los tuits de su hijo, el diputado federal por San Pablo, Eduardo Bolsonaro, pusieron en un incómodo lugar a la Cancillería argentina, que tiene la obligación de defender los intereses de la Argentina por encima de posicionamientos políticos, ideológicos o personales.
Antes de las PASO, el por entonces candidato del Frente de Todos viajó a visitar a su amigo Luiz Inácio “Lula” da Silva a la cárcel, lo que hizo que Bolsonaro reaccionara por primera vez contra él. Por su lado, el presidente de Brasil se expresó durante la campaña electoral argentina en contra de la posibilidad de que los argentinos voten a favor del candidato peronista.
El día de las elecciones generales, Fernández se sacó fotos haciendo la señal de la "L", el símbolo de “Lula Livre”, lo que ofendió especialmente a Itamaraty y también a los medios brasileños, que reaccionaron negativamente ante ese gesto que fue considerado una afrenta contra Brasil, y no tanto contra Bolsonaro. Finalmente, al realizar su discurso de victoria, el ya presidente electo saludó a Lula por su cumpleaños y volvió a pedir por su liberación, como si el asunto dependiera del Ejecutivo brasileño.
La reacción de Bolsonaro no se hizo esperar. No solo dijo que en la Argentina habían triunfado las fuerzas del mal, sino que anunció: “Nos preparamos para lo peor”. También intervino uno de sus hijos en el debate público, al compartir un posteo burlándose del hijo de Fernández, Estinislao, que se sacó una foto vestido de Pikachu (un personaje de la serie animada japonesa Pokemon). “Esto no es un meme”, comentó por Twitter.
Mauricio Macri tiene pensado viajar a la cumbre de presidente del Mercosur que se realizará el próximo 5 de diciembre en Bentos Gonçalves, donde está previsto el traspaso de la presidencia pro témpore que realizará Bolsonaro.