La institución vuelve a apostar por dos autores europeos frente a las quinielas que apuntaban hacia obras poco representadas en la historia de la Academia Sueca.
Olga Tokarczuk y Peter Handke han ganado el Nobel de Literatura 2018 y 2019, según ha anunciado hoy jueves la Academia Sueca. La institución vuelve a apostar por dos autores europeos frente a las quinielas que apuntaban hacia obras poco representadas en la historia de la Academia Sueca. La institución concede por primera vez en el mismo día los premios de dos años consecutivos, tras los escándalos de abusos sexuales y filtraciones de 2017. A partir de las 13.00 Mats Malm, secretario de la institución, ha sido el encargado de añadir nuevos socios al club más exclusivo de la literatura.
En 2017 la institución sueca se vio envuelta en tal escándalo que obligó a suspender el premio en 2018. Aquella interrupción ha convertido la jornada de hoy en una sesión excepcional, rodeada de gran expectación. El número de escritores que aguardaba la llamada probablemente fuera el mismo, pero las posibilidades de recibirla eran mayores. Quizá por ello el desconcierto en las quinielas parecía también haberse multiplicado.
La escritora de la isla de Guadalupe Maryse Condé parte como una de las grandes favoritas junto a la poeta Anne Carson, la china Can Xue (pseudónimo de la autora Deng Xiaohua), la polaca Olga Tokarczuk o la rusa Lyudmila Ulítskaya. El veterano autor keniata Ngũgĩ wa Thiong’o ha aparecido en las listas de probables ganadores desde hace años, pero esta vez el octogenario ha vuelto a situarse a la cabeza en las listas. La canadiense Margaret Atwood, el japonés Haruki Murakami, el checo Milan Kundera y el español Javier Marías son eternos aspirantes al galardón y podrían encajar en la línea del último premiado en 2017, Kazuo Ishiguro, un nombre que resulta familiar para millones de lectores. En las listas aparecen también autores escasamente traducidos al castellano, como el poeta coreano Ko Un. También César Aira, que sería el primer argentino en recibir este galardón.
Nada está descartado. Y más desde que, en 2016, la institución sorprendió al mundo concediendo el premio al músico Bob Dylan. Este octubre el académico sueco Anders Olsson subrayó que la diversidad era una de las prioridades que se había marcado el comité. “Necesitamos ampliar nuestra perspectiva”, afirmó ante los medios de comunicación. “Hemos tenido una visión eurocéntrica de la literatura y ahora estamos mirando por todo el mundo. Anteriormente, estábamos más enfocados en los hombres. Ahora hay muchas mujeres que son realmente excelentes”.
Solo 14 autoras (el 12,3%) han recibido el Nobel de Literatura, que cuenta con 114 galardonados en total. Además, los números aclaran también los desequilibrios geopolíticos del reconocimiento: 83 premiados (casi el 73%) procedían de Europa, con Francia como el país con más escritores encumbrados, 14. Norteamérica ocupa el segundo lugar, con 12 galardonados (el 10,5%): 10 de EE UU y dos de Canadá. Siete Nobel llegaron de Asia, seis de América Latina, cuatro de África y solo uno de Oceanía, el australiano Patrick White. Derek Walcott es originario de la isla caribeña de Santa Lucía, pero su obra está escrita en inglés, idioma oficial del país.
En 11 ocasiones (el 10,6%) el premio ha reconocido a un autor en lengua castellana: cinco españoles (José Echegaray y Eizaguirre, Jacinto Benavente, Juan Ramón Jiménez, Vicente Aleixandre y Camilo José Cela), dos chilenos (Gabriela Mistral y Pablo Neruda), un colombiano (Gabriel García Márquez), un mexicano (Octavio Paz), un guatemalteco (Miguel Ángel Asturias). El peruano Mario Vargas Llosa, galardonado en 2010, es el último escritor hispanoamericano en obtener el reconocimiento. Aunque América Latina acumula ausencias muy polémicas en la historia del galardón, como la del argentino Jorge Luis Borges. Por comparar, Suecia cuenta con siete autores premiados y, en general, si se suman Noruega, Finlandia, Dinamarca e Islandia, el área escandinava suma 15 premios Nobel de Literatura.
La entrega del galardón correspondiente a dos años, inédita en la historia del premio, que se concede desde 1901, se debe al escándalo sexual y de presuntas filtraciones que sacudieron la institución en noviembre de 2017. El diario sueco de mayor tirada, Dagens Nyheter, publicó entonces un reportaje en el que 18 mujeres acusaban de abusos y acoso sexual a Jean-Claude Arnault, marido de la académica Katarina Frostenson, y él mismo muy próximo a la institución. Contra Arnault, ciudadano francés de 72 años, toda una celebridad en los ambientes culturales de Estocolmo y poseedor de alguna de las más altas distinciones suecas, se habían formulado ya algunas denuncias anónimas una década antes, en otro diario sueco, sin que la Academia se viera cuestionada por ello. Pero a finales de 2017, las denunciantes habían aumentado hasta 18 y el movimiento MeToo había llegado para cambiarlo todo.
Una investigación interna concluyó que Frostenson había incurrido en conflicto de intereses al ser copropietaria con su marido de Forum, una especie de club cultural influyente en Estocolmo, generosamente financiado por la institución. Y hubo de abandonar su puesto en la Academia ante las acusaciones de haber filtrado información reservada sobre los Nobel a su cónyuge. Arnault, mientras, cumple una condena de dos años y medio por dos delitos de violación (la mayoría de los hechos denunciados habían prescrito o no pudieron substanciarse) en un penal destinado a convictos por delitos sexuales.
El escándalo forzó un periodo de reflexión y un cambio profundo. Se precipitaron dimisiones en una institución cuyos cargos eran vitalicios. Varios periódicos informaron además de que Arnault había filtrado en distintas ocasiones los nombres de los ganadores. Pero aquella cotizada información debió de mantenerse en un círculo muy cerrado, porque para la gran mayoría la noticia del Nobel siempre cae como una sorpresa. “No se puede tener nada previsto porque son siempre muchos los que pueden ganar y muchos los que iban a ser seguros como Amos Oz y Philip Roth y nunca lo recibieron”, explica al teléfono Verónica García de Machado, grupo de distribución. “Nada más recibir la noticia contactamos con el editor para que mande todos los libros que pueda del ganador y empezamos a recibir pedidos. Es raro que haya más de 5.000 libros disponibles”.
Hoy muchos se acercarán buscando obras de los ganadores, pero puede que como ocurrió con Svetlana Alexiévich y su libro sobre Chernóbil, haga falta una serie de televisión para que despegue como fenómeno editorial.