Después de 30 años de carrera haciendo reír a la gente, el hombre de 67 años logró cumplir su cuenta pendiente: debutar como actor en una ficción. “Pedí que me hicieran un casting y quedé”, cuenta quien interpreta al “comisario Benítez” en la novela ATAV de El Trece.
“Es re loco, porque mi primera vez en televisión fue cuando ni siquiera era conocido como humorista. Por eso, para mí, no cuenta. Mi verdadero debut lo logré ahora”.
Carlos Sánchez lleva más de 30 años de carrera como humorista. En sus comienzos, trabajó con Juan Alberto Badía, Susana Giménez, Juan Alberto Mateyko y Marcelo Tinelli. También fue parte del inolvidable Café Fashion y encabezó decenas de shows .
Recién ahora, a sus 62 años, logró trabajar como actor, algo que anhelaba hace mucho tiempo. Se sumó a la segunda parte de Argentina Tierra de Amor y Venganza (ATAV) para interpretar al comisario Benítez. “Es una mezcla de corrupto e inepto al que lo único que le interesa es la guita”, describió en una entrevista exclusiva con Teleshow el artista de 67 años.
"No me costó mucho componerlo", se permite bromear Carlos y destaca que "si no tuviera miedo antes de empezar un nuevo proyecto, dejaría de ser un artista".
Persevera y triunfarás
Hace tres meses, Sánchez fue invitado a participar del jurado de El gran premio de la cocina, el ciclo que conduce Karina Zampini por la pantalla de El Trece, y cuando terminó su participación se dirigió a la oficina de Eduardo Coco Fernández con un claro objetivo. “Quiero que me hagan un casting para trabajar en Polka”, le dijo al Gerente de Producción de Artear y Director Artístico de las señales Quiero, Magazine y Volver.
“Lo conozco hace muchos años y tengo la confianza suficiente para decírselo. Además, en la productora ya habían convocado a humoristas para hacer ficción pero a mí no”, explica el artista que dos días después estaba haciendo una audición para componer al comisario.
Una semana más tarde lo llamaron para anunciarle que había quedado seleccionado y que el papel era suyo. “Empecé haciendo dos capítulos y ya voy más de 15”, destaca con alegría sobre la evolución de su personaje. Las grabaciones de la ficción más vista de la televisión argentina finalizan en noviembre, mientras que la tira continuará al aire hasta enero del 2020.
La lucha más importante
En 2010, la vida puso a prueba a Carlos Sánchez. Después de unos estudios, le diagnosticaron cáncer, enfermedad contra la que lucha desde entonces. Comenzó en el riñón, se hizo tratamientos y cuando pensó que se había curado, los médicos le comunicaron la triste noticia de que se había propagado.
El cáncer había hecho metástasis en el hígado, el páncreas en las dos glándulas suprarrenales, en una costilla y en la cadera. Nuevamente se realizó tratamientos y logró salir adelante, pero hubo uno al cual no pudo vencer al que sigue combatiendo hasta el día de hoy.
“Estuve con medicación vía oral y todo lo jodido que tenía se curó, pero el único que es resistente a la quimioterapia es un tumor que tengo en la cadera. No se puede operar porque si tocan el nervio ciático me queda la pata estúpida. Entonces, me cambiaron a quimioterapia por vena”, explica el actor oriundo de Bahía Blanca.
“Comparado a lo que tenía antes, ahora lo que tengo es un forúnculo. La verdad es que estoy muy bien. ¡Estoy bárbaro!”, celebra quien hasta hace un tiempo se realizaba dos sesiones por mes, ahora se redujo a una y le faltan seis meses de tratamiento.
Lo más valorable es que desde hace nueve años que lucha contra esta dura enfermedad, el actor y humorista jamás dejó de trabajar. “Esta quimio te cansa físicamente pero no es tan fuerte ni hace que se te caiga el pelo. No tiene otras consecuencias”, indica Cacerola, como lo apodan en su Bahía Blanca natal desde que tiene 17 años.
Ocurre que en ese entonces, jugaba al rugby y recibió una patada en la cabeza durante un partido. “Estuve inconsciente durante casi 10 horas, pero cuando me desperté me hicieron estudios y no tenía nada. Fue como si hubiera estado dormido durante mucho tiempo.
Y mis amigos empezaron a decirme que con esa Cacerola debían necesitar un borcego de acero”, concluye Carlos Sánchez, que hace dos años integra el dúo El gordo y el mago, junto a Pablo Madini.