El papa emérito analiza en un artículo el escándalo de los abusos sexuales y sostiene que la pedofilia nace del "colapso moral" vivido después de la Revolución de 1968.
Benedicto XVI interviene sobre la cuestión de la pederastia clerical y denuncia en un artículo que en el pasado la Iglesia protegió a los religiosos pedófilos frente a sus víctimas por un excesivo garantismo. En los años ochenta "debían ser garantizados sobre todos los derechos de los acusados. Y esto hasta el punto de excluir de hecho una condena. Su derecho a la defensa fue extendido de tal manera que las condenas fueron casi imposibles".
En el documento de 18 páginas 'Iglesia y el escándalo de los abusos sexuales', publicado en la revista alemana 'Klerusblatt' y reproducido por el Corriere della Sera en Italia, Benedicto XVI analiza la disolución del concepto cristiano de moralidad como consecuencia de la Revolución de Mayo del '68. Y apunta como ese "proceso" influyó en la crisis de los abusos sexuales a menores porque permitió considerar la pedofilia "como permitida y conveniente". "Los estándares vinculantes hasta entonces respecto a la sexualidad colapsaron completamente" y se impusieron nuevas normas como "la libertad sexual total".
Benedicto XVI habla de un "colapso de la teología moral católica" en la segunda mitad de los años 1960 que dejó "indefensa a la Iglesia ante estos cambios en la sociedad". "El colapso de las vocaciones sacerdotales en aquellos años y el enorme número de renuncias del estado eclesiástico fueron una consecuencia de todos estos procesos", escribe en el documento el Papa emérito, a pocos días de su 92 cumpleaños.
El Pontífice subraya como a partir de los años 1970 y 1980 la pedofilia se convirtió en un "problema candente". En ese periodo, sostiene Ratzinger, se difundió la idea de que no existía el bien sino "sólo lo que en ese momento y según las circunstancias era relativamente mejor". El Papa emérito asegura que se impuso una especie de "moderno" catolicismo que permitió que se formaran "clubes de homosexuales" en muchos seminarios o incluso que obispos rechazaran la tradición católica. La crisis alcanzó "formas dramáticas", apunta. "¿Cómo ha podido la pedofilia alcanzar esta dimensión?", se pregunta. "El motivo está en la ausencia de Dios" en la sociedad occidental.
El Papa emérito, que desde su renuncia en 2013 ha roto su silencio en contadas ocasiones, reflexiona asimismo sobre el modo en el que la Iglesia ha tratado las denuncias por abusos y critica que durante mucho tiempo existió un sistema basado en "garantizar por encima de todo los derechos de los acusados" hasta el punto en que se excluyó "cualquier tipo de condena". Todo eso cambió cuando Juan Pablo II decidió otorgar la competencia para investigar estos casos a la Congregación para la Doctrina de la Fe, el dicasterio vaticano que entonces dirigía el propio Ratzinger. Eso hizo posible expulsar del estado clerical a los religiosos culpables de abusos, recuerda.
Ratzigner precisa haber publicado estos "apuntes" después de haber mantenido "contactos" con el papa Francisco, a quien agradece su trabajo, y con el secretario de Estado vaticano, Pietro Parolin. Un texto inédito publicado después de lahistórica cumbre sobre la pederastia clerical celebrada en el Vaticano en febrero a la que acudieron los representantes de las diócesis de todo el mundo convocados por el Pontífice. Según algunos analistas, el documento de Benedicto XVI no es sólo un repaso histórico a la "plaga" de los abusos que aflige a la Iglesia sino también una crítica a las conclusiones de esa reunión. Benedicto XVI asegura querer contribuir con este documento a esta "hora difícil" que atraviesa la Iglesia católica.