Pieza clave en las investigaciones que se ciernen sobre el presidente, el que fuera su hombre de confianza promete “un relato completo y creíble” el próximo 7 de febrero.
Michael Cohen, exabogado de Donald Trump que le ha implicado en una tramapara silenciar con dinero a mujeres que aseguraban haber mantenido relaciones sentimentales con él, ha anunciado que testificará en el Congreso el próximo 7 de febrero. Quien fue hombre de máxima confianza del hoy presidente ha asegurado que ofrecerá a los legisladores “un relato completo y creíble” de su trabajo para Trump.
Su comparecencia ante el Comité de Vigilancia y Reforma de la Cámara de Representantes, ahora de mayoría demócrata, entraña una auténtica amenaza a la imagen pública del presidente y puede ofrecer importantes claves sobre la investigación que se cierne sobre él.
Cohen es una figura clave en dos investigaciones federales que afectan al presidente: la que conduce el fiscal especial Robert Mueller sobre la posible conspiración del entorno de Trump con Rusia, y la de los fiscales de Nueva York que indagan en las posibles violaciones de la financiación de la campaña, por los citados pagos para silenciar a dos mujeres. Cohen, declarado culpable en ambos casos, fue condenado el mes pasado a tres años de prisión.
“Fomentando mi compromiso de cooperar y proporcionar respuestas al pueblo estadounidense, he aceptado la invitación del presidente [del Comité] Elijah Cummings para comparecer públicamente el 7 de febrero”, dice en un comunicado Cohen, cuya colaboración con la investigación no le libró de la pena de cárcel. “Ansío tener el privilegio de que se me ofrezca una plataforma desde la que ofrecer un relato completo y creíble de los acontecimientos que se han revelado”, añade.
En agosto, Cohen se declaró culpable de fraude fiscal y de haber violado la legislación sobre financiación de campañas electorales. Desde entonces ha colaborado tanto con los fiscales neoyorquinos como con Mueller, con la esperanza de ver reducido su castigo. En noviembre, se declaró también culpable de mentir ante el Congreso, al decir que las negociaciones con oficiales rusos para construir una torre de Trump en Moscú terminaron antes la fecha en que realmente concluyeron. La operación seguía abierta, tal como admitiría después, cuando la carrera presidencial de Trump ya estaba arrancada.
Como consecuencia de su cooperación con los investigadores, la relación entre el presidente y Cohen, que un día dijo que estará dispuesto a recibir un disparo por él, se ha deteriorado hasta el punto de que el abogado, a quien Trump se refirió como “un hombre débil”, es hoy blanco predilecto de su ira.