Le llamaron la serpiente Uber, pero una científica explicó que no es lo que parece.
Una decena de sapos encima de un pitón gigante de 3.5 metros de largo escapando de una tormenta, no es una escena que se vea todos los días, pero en el agreste campo australiano todo puede pasar.
El domingo 30 de diciembre Paul Mock se encontraban en su finca en la remota población de Kununurra en el oeste de Australia, junto a su esposa y a sus hijas. Afuera había una fuerte tormenta de más de 70 mm. Preocupado porque la intensidad de la precipitación desbordara su presa, el hombre se aventuró a la intemperie para llevarse una sorpresa.
"El lago estaba tan lleno que había inundado las madrigueras de los sapos, así que estaban todos afuera sentados en el pasto, había miles de ellos", contó Paul a The Guardian.
En medio de los rayos, el australiano logró ver el sorprendente fenómeno. "Monty", una gran serpiente local, se desplazaba a toda velocidad huyendo de la tormenta con todo y pasajeros.
"Literalmente estaba moviéndose a través de la hierba a toda velocidad con las ranas colgando", relató Paul, que no perdió la oportunidad de registrar el momento en video.
Andrew, hermano de Paul, publicó una foto de la serpiente transportando sapos en Twitter, que rápidamente se volvió viral y generó bromas sobre una presunta "serpiente Uber".
68mm just fell in the last hour at Kununurra. Flushed all the cane toads out of my brothers dam. Some of them took the easy way out - hitching a ride on the back of a 3.5m python. pic.twitter.com/P6mPc2cVS5
Atraída por la popularidad que ganaron los reptiles en las redes sociales, la doctora Jodi Rowley aclaró la razón por la que los sapos habían abordado a la serpiente y su explicación resultó todavía más sorprendente.
"Este es uno de los videos más asombrosos que he visto", expresó Rowley, curadora de anfibios y reptiles en el Museo Australiano.
"Muchos y 'muy' calientes sapos de caña tratando de hacerlo con una gran pitón olive, con otras ranas cantando alrededor", agregó la bióloga.
Así es, los sapos no estaban ahorrándose el esfuerzo de saltar a una nueva madriguera, en realidad querían aparearse con la gigantesca serpiente.
Para Rowley no es algo inusual que los sapos de caña tengan un instinto de reproducción tan desarrollado. Ella misma presenció una ocasión en la que un ejemplar macho intentaba preñar a un mango.
68mm just fell in the last hour at Kununurra. Flushed all the cane toads out of my brothers dam. Some of them took the easy way out - hitching a ride on the back of a 3.5m python. pic.twitter.com/P6mPc2cVS5
Los sapos de caña son considerados una plaga en el norte de Australia. En las pasadas décadas han invadido sin control el ecosistema de este a oeste eliminando especies nativas, pues son altamente venenosos.
Los granjeros de la localidad han intentado varias estrategias para detener a la especie invasora, desde formar grupos para cazarlos, hasta entrenar a sus animales para que no los coman.