Y hoy, en alguna casa de Italia, una familia celebra que su pequeño de 8 años puede seguir viviendo. Así podría resumirse lo que generó el caso de Gustavo “Cani” Ferrarese, un farmacéutico oriundo de Laboulaye que le donó médula ósea a un niño italiano.
El Cani, como es conocido por los habitantes de la localidad del sur cordobés, dialogó con LV16 y contó su experiencia como donante.
“Firmé un papel y un año después el destino hizo que mi código sanguíneo sea el mismo con un niño que tenía un problema de una anemia mortal”, relató.
“Me preguntaron si seguía pensando en donar, dije que sí, hubo estudios que comenzaron en julio y terminaron en noviembre”, agregó sobre el proceso para donar, el cual comenzó en 2017.
El 5 de diciembre del año pasado le hicieron la extracción en el Hospital Privado de Córdoba. Ese mismo día su donación salió hacia Italia y 48 horas después le fue colocada al niño. “En marzo se informó que el pequeño había tenido una aceptación del 100 por ciento y que estaba vivo”, destacó el laboulayense.
Cani manifiesta que nunca tuvo contacto con el joven ni con la familia, aunque “no es importante” ya que “el niño tiene la posibilidad de vivir”. “No me inscribí para un día salir sorteado por el destino, me inscribí y siempre lo tomé como algo que debía hacerlo”, aseguró.
Con respecto al momento de la donación, dice que no se enteró “lo que le hicieron”. “Siempre digo que me fui cuatro días de vacaciones a Córdoba, en un hotel, todo pagado, desde el café en el viaje, la nafta, acompañante, todo pago por el Incucai”, explicó Gustavo.
El farmacéutico comentó que llegó a Córdoba un lunes, el martes lo internaron, el miércoles le realizaron el procedimiento de extracción, estuvo un día más en el hotel por control y eso fue todo. “Al otro día llegue a Laboulaye, me pegué una ducha y me vine a trabajar”, recordó.