En un insólito episodio, el príncipe Andrés fue interceptado en los jardines del Palacio de Buckingham por agentes de seguridad, nerviosos por un aumento de la seguridad tras un reciente intento de robo.
El duque de York, tercer hijo de la reina Isabel II, fue abordado por dos agente armados cuando daba un pequeño paseo el miércoles en la residencia real de Londres, declaró ayer una vocera de Scotland Yard, que desmintió que los policías hubieran encañonado al duque, de 53 años, y le gritaran que se tirara al suelo, como indicó un diario.
"El miércoles 4 de septiembre, hacia las 6 de la tarde, dos policías uniformados se acercaron a un hombre en los jardines del Palacio de Buckingham para comprobar su identidad", explicó la vocera, y añadió que no emplearon armas ni recurrieron a la fuerza.
El príncipe Andrés dijo que la policía le había pedido disculpas tras lo ocurrido. "La policía tiene a su cargo la difícil tarea de mantener el equilibrio entre la seguridad de la familia real y la disuasión de intrusos, y a veces se equivoca", indicó en un comunicado.
La policía detuvo el lunes 2 de septiembre a dos hombres sospechosos de intentar robar en la residencia londinense de la reina Isabel II. El primero fue descubierto alrededor de las 22.30 detrás de la reja del palacio real "en un sector abierto al público durante el día".
Su presunto cómplice fue detenido delante del palacio, donde no se encontraba esa noche ningún miembro de la familia real, según la policía. Los dos hombres fueron puestos en libertad provisional pero deben permanecer a disposición de la policía.