El primer ministro se mostró molesto por lo que considera una falta de solidaridad general de la Unión Europea.
El viernes por la noche, la Iglesia católica de Italia, Albania e Irlanda llegaron a un acuerdo para recibir a los más de cien inmigrantes a bordo del barco "Diciotti", por lo que esta madrugada todos desembarcaron en el puerto de Catania, en Sicilia.
El ministro de Interior italiano, Matteo Salvini, que mantiene una línea dura sobreinmigración, dio luz verde a la acción para recibir a 140 personas rescatadas en el mar la noche del 15 al 16 de agosto, y bloqueados desde el lunes en el puerto, decisión que provocó la apertura de una investigación judicial contra Salvini por "secuestro de personas, detenciones ilegales y abuso de poder".
Si el fiscal "quiere interrogarme o incluso arrestarme por defender las fronteras y seguridad de mi país, estoy orgulloso de ello", había aseverado Salvini en un tuit.
Con la llegada de los 140 migrantes varados se llegó al fin de una crisis de 10 días en torno a los buscadores de asilo. Sin embargo, el primer ministro Giuseppe Conte dejó claro que Italia está muy molesta por lo que considera una falta de solidaridad general de la Unión Europea (UE) y podría desquitarse no aprobando el próximo presupuesto multianual del bloque.
Grazie a chi sta twittando #nessunotocchiSalvini!
State tranquilli, non ho paura di nulla: indaghino, mi interroghino, mi arrestino. Io sono FIERO di battermi per difendere i confini, tutelare la sicurezza degli italiani e proteggere il futuro dei nostri figli.
Vi voglio bene. pic.twitter.com/R07MUJ2Vt3
"Italia debe prestar atención al espíritu de solidaridad que está batallando para traducirlo en acciones concretas", afirmó Conte en un comunicado. Así se refirió a las promesas realizadas por la Unión Europea durante una cumbre en junio pasado, donde aseguraba que iba a ayudar a Italia y a otros países con costas que dan al Mediterráneo a enfrentar la carga de los migrantes rescatados de frágiles embarcaciones de traficantes de personas.
El primer ministro dijo que bajo las condiciones actuales Italia "no considera que sea posible manifestar su adhesión a un proyecto presupuestario que sustenta una política demasiado incoherente a nivel social".
Durante la semana, algunos sectores del gobierno italiano advirtieron que retendrían las aportaciones a la UE por casi 23 mil millones de dólares si las naciones integrantes rehusaban recibir al último grupo de migrantes rescatados que había llegado al país. Por su parte, Bruselas recordó a Italia que estaba obligada por ley a entregar su contribución.
Horas antes del anuncio de Conte, ambulancias de la Cruz Roja que aguardaban en el muelle se llevaron a seis hombres enfermos, al parecer de tuberculosis, neumonía y otras infecciones, y a siete de las 11 mujeres que continuaban a bordo.
Un funcionario local dijo a la prensa que el Ministerio de Salud había ordenado una inspección sanitaria dado que los migrantes dormían en la cubierta desde el 16 de agosto y debían soportar un sol implacable y escasas instalaciones sanitarias.