Según The New York Times, el abogado Michael Cohen grabó la conversación sin su consentimiento.
Durante años, fue su hombre de mayor confianza. Pero ahora se ha convertido en una amenaza que puede llegar a complicarlo como nadie más en la justicia. El exabogado personal del presidente Donald Trump, Michael Cohen, grabó conversaciones con el mandatario dos meses antes de la elección presidencial en las que ambos discutieron pagos a una exmodelo de Playboy con quien Trump tuvo un romance.
La explosiva revelación del periódico The New York Times cerró una de las semanas más complicadas de la presidencia de Trump, dominada por las críticas a su acercamiento con al presidente ruso, Vladimir Putin. Cohen está bajo investigación del FBI, que se apoderó de las grabación en abril, cuando allanó su oficina.
Cohen es investigado por su papel en la intermediación de pagos a mujeres para comprar su silencio sobre alegadas relaciones con Trump antes del inicio de la campaña para las elecciones presidenciales de 2016. Bajo la ley federal, esos pagos pueden haber conllevado una violación de las reglas sobre financiamiento de campañas electorales.
La revelación le dio envergadura a la posibilidad de que Cohen se "dé vuelta" y comience a cooperar con los investigadores federales y a aportar información clave sobre el universo de Donald Trump. Esa cooperación con el Departamento de Justicia puede ser utilizada por el fiscal especial, Robert Mueller, quien lleva adelante la investigación por el Rusiagate, e intenta dilucidar hasta dónde llegó el brazo de Putin en la última campaña presidencial. Mueller ha acusado ya formalmente a 32 personas, entre ellas, 12 espías de Putin.
"Quiero ser muy claro: mi esposa, mi hija y mi hijo, y mi país son mis lealtades principales", dijo Cohen a inicios del julio durante una entrevista con la cadena ABC, despegándose del presidente.
Karen McDougal, exmodelo de Playboy, ha dicho que mantuvo un romance con Trump que comenzó en 2006, poco después del nacimiento del hijo más chico del mandatario, Barron.
Cohen se convirtió en una pieza clave de los problemas que enfrenta Trump en la justicia cuando admitió que, durante la campaña presidencial de 2016, pagó 130.000 dólares a una exactriz de películas porno, Stephanie Clifford, conocida por su pseudónimo, "Stormy Daniels", para comprar su silencio sobre un encuentro sexual que mantuvo con Trump, quien ha negado el recuento que ha dado la actriz en varias oportunidades. Por el momento del pago y el monto, el desembolso pudo haber violado las reglas que rigen sobre las contribuciones a las campañas electorales.
El principal abogado defensor de Trump, Rudolph W. Giuliani, confirmó al Times que Trump había discutido los pagos a McDougal con Cohen en la cinta, pero, lejos de mostrarse preocupado por la revelación, agregó que el presidente no había hecho nada malo, y que no existía ninguna indicación de que supiera sobre el pago a la exmodelo. Trump y su equipo ha negado también el vínculo con McDougal.
"Nada en esa conversación sugiere que tenía conocimiento de ello por adelantado", dijo Giuliani, según el Times. "En un marco general, es una gran prueba exculpatoria", agregó.