El jueves pasado la reina Isabel II se sintió mal y faltó a una misa especial en la Catedral de San Pablo. Así lo dijo el Palacio de Buckingham: "La reina no se siente bien hoy y decidió no asistir a la misa de esta mañana para conmemorar los 200 años de la Orden de San Miguel y de San Jorge. Su Majestad será representada por el duque de Kent como gran maestro de la orden". Y con ese comunicado se dispararon las alarmas.
Por eso, ese mismo día, el "número dos" del gabinete del gobierno británico, David Lidington, se puso al frente de una reunión con diversos miembros del Ejecutivo para tratar un tema crucial: cuál será el plan a seguir el día en que la monarca muera.
De acuerdo con lo publicado por el diario El Mundo, la prensa británica advirtió que el encuentro no estuvo motivado por "preocupaciones específicas" sobre la salud de Isabel, que cumplió 92 años en abril. Sin embargo, los ingleses parecen querer estar listos.
En la reunión se determinó el modo en que la primera ministra, Theresa May , deberá dirigirse a los ingleses al momento de anunciar tal noticia y que tras el deceso se declararán diez días de luto. También se llegó a la conclusión de que el nuevo rey, Carlos de Inglaterra , visitará Escocia y Gales poco después de la muerte de su madre para "mostrar que son una parte integral de su reino".
Según The Sunday Times, el plan ante la muerte de Isabel, una operación conocida como London Bridge, está en permanente actualización y el encuentro de la semana pasada fue importante en tanto nunca antes se habían juntado varios altos cargos del gobierno, como el ministro de Interior, la líder del Partido Conservador en la Cámara de los Comunes y el ministro para Escocia, con el objetivo de abordar el plan a ejecutar ante esta situación.
Otra de las cuestiones que se precisaron fue que tras el fallecimiento, el cuerpo de la reina permanecerá durante cuatro días en el palacio de Westminster, sede del Parlamento británico.
Isabel nació el 21 de abril de 1926 y se convirtió en reina en 1952, a los 25 años. Está al frente de la Corona desde hace más de 66 años y pese a que en varias oportunidades algunos miembros de la familia real fueron criticados por llevar una vida de lujos, ella es admirada en todo el Reino Unido.
La Nación