Las protagonistas de la historia son dos hermanas de 38 años de origen serbio que viven en Italia. Una de ellas nació sin útero debido a una malformación congénita y su hermana en un precioso gesto, tras haber tenido tres hijos, decidió donarle el útero a su gemela. El bebé nació por cesárea en el Hospital Santa Orsola de Bolonia, Italia, y pesó algo menos de tres kilos.
Una de ellas nació sin útero
La mujer que recibió el órgano nació sin útero debido a una anomalía congénita. Se cree es probable que la mujer padezca el síndrome de Rokitansky o MRKH (Mayer Rokitansky Küster Hauser), una malformación congénita caracterizada por la ausencia de vagina, útero y cuello uterino.
Quienes padecen esta anomalía, que afecta a una de cada 4.500 mujeres, cuentan con ovarios que funcionan normalmente y experimentarán los signos normales de la pubertad, pero no tienen menstruación y no pueden concebir.
Perfecta compatibilidad
En marzo de 2017 se llevó a cabo el trasplante en el Hospital Universitario Pediátrico Belgrado por parte de un equipo médico especializado a cargo del profesor sueco Mats Brännström, Director de Clínica FIV Estocolmo (Eugin Grupo) y pionero de la técnica de trasplante de útero.
Además de ser el primer trasplante de útero del mundo entre gemelas, otra curiosidad y ventaja de este caso es que, al ser gemelas homocigóticas o monocigóticas (también llamados gemelos idénticos), no fue necesaria una terapia inmunosupresora, algo imprescindible en otro tipo de trasplantes.
Esto se debe a que tienen herencia genética idéntica y perfecta compatibilidad entre donante y receptora.
Después del trasplante, la mujer viajó a Estocolmo para realizar un procedimiento de fecundación in vitro utilizando un embrión criopreservado o congelado de ella y su esposo. Según Bologna Today, el procedimiento de trasplante y fecundación habría costado alrededor de cincuenta mil euros.
A nivel mundial se han intentado hasta el momento 40 trasplantes de útero y de ellos, 12 dieron como resultado el nacimiento de un bebé. En España es una práctica que aún no está autorizada por la Organización Nacional de Trasplantes (ONT).