Sin duda, es uno de los grandes sacrificios que hacemos los padres, y hasta hay investigaciones al respecto. Algunos estudios se han interesando en la privación de sueño en hombres y mujeres al ser padres y hay conclusiones para todos los gustos sobre quién duerme menos cuando llega un bebé a la familia.
Las madres se despiertan más
Un estudio reciente realizado por la Academia Americana de Neurología y la Universidad del Sur de Georgia, inclina la balanza hacia las madres zombies que sueñan con dormir una noche entera.
En una encuesta telefónica realizada a 5.805 personas en Estados Unidos, entre las mujeres, el único factor asociado con no obtener suficiente sueño era tener niños en casa. Con cada niño que tenían aumentaba a casi 50% la probabilidad de tener una cantidad insuficiente de sueño. Por su parte, los hombres respondieron que no les afectaba en absoluto a sus horas de sueño el que haya o no niños en casa.
Las madres se despiertan más veces durante la noche. Su sueño es más fragmentado, y por consiguiente, de peor calidad, aunque algunas tienen la suerte de recuperar horas de sueño durante el día.
Cuando se les preguntó a las mujeres cuántas horas dormían, casi la mitad de las mujeres que tenían hijos (un 48%) reconoció dormir al menos seis horas cada día, en comparación con el 62% de las que no tenían hijos.
Hay que tener en cuenta que durante la baja maternal y en los casos en los que la mujer no trabaja fuera y se queda en casa con su bebé, a veces pueden recuperan horas de sueño durante el día aprovechando las siestas del bebé (aunque la mayoría de las veces es más un deseo que una realidad).
Es decir, casi la mitad de las madres consigue dormir más de seis horas, pero su sueño es más fragmentado, siendo un sueño menos reparador, lo cual repercute en su estado de cansancio generalizado.
Los hombres no tienen pechos
Si bien el padre cada vez se involucra más en la crianza de los hijos, la mayoría de la responsabilidad recae en la madre, especialmente durante las noches cuando el bebé reclama el pecho. Es ella quien "pone el pecho" (nunca mejor dicho) a horas intempestivas para amamantar al bebé.
Y aunque se practique el colecho y se duerma con la teta fuera, siendo más cómodo amamantar al bebé sin necesidad de levantarse de la cama, la calidad del sueño no es la misma.
Sobretodo durante los primeros meses de vida de tu hijo duermes con un ojo abierto y el otro cerrado, controlando a tu bebé en todo momento y pendiente de cualquier necesidad que pueda tener.
Por su parte, si el bebé toma biberón, el padre suele colaborar más por las noches turnándose para alimentarlo. Un buen consejo es prepararlos y dejarlos listos antes de dormir, así ganarás minutos de sueño y evitarás equivocaciones a la hora de la preparación.
Ellas duermen mal desde el embarazo
Otro argumento que resta horas y calidad de descanso a las madres es que ellas llevan ventaja (en este caso, desventaja) desde el embarazo. Arrastran déficit de sueño desde antes del nacimiento, podría decirse que es a partir del tercer trimestre cuando las noches se vuelven más movidas.
El tamaño de la barriga, las excursiones nocturnas al baño y no encontrar la posición hacen que sea casi imposible dormir una noche del tirón durante la etapa final del embarazo.
Los padres duermen menos horas
Si se concluyera que las madres son las que menos duermen, la mayoría estaría de acuerdo. Pero un libro que recopila varios estudios dice lo contrario, que son los papás recientes lo que menos duermen.
El libro "The Informed Parent: A Science-Based Resource for Your Child's First Four Years", de Tara Haelle y Emily Willingham, se basa en los argumentos de algunos estudios realizados con parejas durante los primeros cuatro años de su vida como padres, que concluye que si tenemos en cuenta las 24 horas del día, son ellos los que acababan durmiendo menos.
La mayoría de los padres se va a trabajar con menos de 6 horas de sueño cada noche. Y si trabaja fuera de casa todo el día, no tiene posibilidad de recuperar esas horas de sueño. Pero el argumento se queda a medias, ya que también hay muchas madres que trabajan fuera de casa sin poder recuperar las horas perdidas. Y las que se quedan en casa, como decíamos antes, no siempre pueden echarse a dormir una siesta.
Entonces, ¿quién duerme menos? Las madres duermen peor, con un sueño más fragmentado y poco reparador, mientras que los padres duermen menos horas pero más seguido.
Quién duerme menos no es lo importante
Pero de todas maneras, no se trata de una competencia sobre cuántas horas duerme uno o el otro, o quién duerme peor. Es algo que no se puede generalizar, ya que cada pareja es un mundo y cada quien tiene sus propias circunstancias personales.
En algunos casos será él quien más duerma, en otros ella, y en otros (que sería lo ideal) se llegará a un acuerdo para conseguir que ambos puedan dormir más o menos la misma cantidad de horas.
Lo importante es que ambos se responsabilicen por igual para cuidar al bebé por las noches. Y que si la madre da el pecho, el padre lo compense colaborando de otra manera, por ejemplo, cuidando al bebé durante el día para que ella pueda descansar.