Una escena que se da en muchas películas sobre ex compañeros de secundario que se reencuentran después de muchos años gira en torno a "quien ganó" o quien "cambió más" en realidad. En ese aspecto, podríamos decir que Diego Mariño les "ganó" a las ópticas que lo hicieron pasar mal en esos años.
Es que el colombiano, a través de su plataforma de Lentesplus, decidió revertir el ciclo repetitivo en el que se encontraba desde hace años. Al ser miope y usuario de lentes de contacto, Mariño se veía constantemente enfrentado con precios irrisorios, faltantes en los modelos que él usaba, y tiempos de entrega de más de dos semanas para lo que sí tenían.
"Yo la pasaba mal, el modelo de negocios de lentes de contacto no tenía un buen servicio posventa, solo les importaba la venta inicial, pero después la reposición no era buena", expresa Mariño, recibido de la escuela de negocios de la Universidad de Wharton.
Es durante su cursada en Wharton que Mariño conoció a Jaime Oriol, y en el segmento de la carrera donde normalmente se hacen pasantías en bancos o casas de inversión, ambos decidieron por mandarse a lanzar su propio emprendimiento. Entonces, en junio de 2014 en Colombia es que el portal abrió por primera vez.
Cada uno puso USD 10.000, de a poco crecieron y fueron desembarcando en México (septiembre 2014), y Chile (2015), para llegar este año a la Argentina.
La dinámica del portal es bastante simple. Uno ingresa y selecciona el modelo de lente de contacto que usa y, "al tener un inventario a mano mucho mayor que las ópticas tradicionales" en palabras de Mariño, la cantidad. Luego, selecciona el método de pago (crédito, débito o efectivo) y dentro de los próximos 4 a 5 días recibe el paquete.
El beneficio de los usuarios de Lentesplus no corre solo por el lado de la velocidad, sino también por precios. "Como confiamos en que el cliente es recurrente, eso nos permite bajar un poco los margenes individuales, con lo cual en promedio estamos con precios hasta 30% abajo de lo que cobraría una óptica física tradicional", compara el economista.
El desarrollo no vino sin algún que otro cruce. Es que, en palabras del co-fundador, "el mercado oftalmológico es uno de los más cómodos del mundo, porque saben que casi no tienen competencia para introducir gente al producto, entonces no innovan". La gran diferencia ahora existe cuando uno entra a ser recurrente.
Los números
El modelo de negocios parece empezar a generar interés cada vez mayor, si se miran las rondas de inversión en el emprendimiento cada año. Desde su concepción, recibieron inversiones por USD 3 millones y se encuentran en el medio de una rueda empezada este año, apuntando a recibir USD 4 millones más.
Es que los margenes continúan siendo atractivos, incluso con el margen más bajo. En 2016, la facturación llegó a 1 millón de dólares. Y durante el año pasado alcanzaron una facturación de USD 1,5 millones, un crecimiento del 50 por ciento en un año. "Es que aún tenemos mucho lugar para crecer", se entusiasma el colombiano.