El ministro de Energía, Juan José Aranguren, se reunió este lunes con las principales empresas productoras y refinadoras de petróleo y les planteó la posibilidad que las compañías no aumenten los importes de naftas y gasoil por un lapso de 60 días.
El funcionario explicó que se trataría de una medida "temporal" y que las compañías podrán seguir con los incrementos más adelante.
El 80% del costo de los combustibles está atado al precio del petróleo, que se compra y se vende en pesos, pero a una cotización atada al dólar. La devaluación del peso desde fines del mes pasado es del 6,94%. Eso implica que las petroleras deban juntar más pesos para pagar la materia prima. La única forma de hacerlo es con un aumento de los combustibles.
En este sentido con el barril de petróleo crudo a US$ 76 (variedad Brent) -uno de los valores más altos de los últimos 5 años- y el dólar por arriba de los $ 22, las compañías creen que necesitan una recomposición en el orden del 12%.
Desde fines del año pasado, el mercado de combustibles en la Argentina se rige con una mínima intervención de la política. Por eso, las naftas y el gasoil deberían bajar cuando cae la cotización internacional del crudo, pero también aumentar en caso contrario.
Aranguren explicó a las petroleras que no cree conveniente la aplicación de nuevos aumentos durante dos meses. Aunque la conducción de YPF es "independiente" del Gobierno, la decisión del Estado nacional sería la de congelar incrementos por 60 días en la firma, en la que posee un 51% de las acciones.
Las petroleras le dijeron a Aranguren que van a estudiar su pedido y quedaron en responder esta semana. El último aumento de combustibles ocurrió a principios de abril, con subas promedio del 4,5%, si bien en el caso de YPF el número fue menor.