Los dirigentes del Veracruz de México no lo podían creer. Al menos, tras apagar el incendio, el equipo ganó.
Creer o reventar. O mejor dicho, creer o apagar el incendio. Eso es lo que tuvo que hacer la gente de los Tiburones de Veracruz, que harta de los malos resultados, decidió convocar a un sacerdote para que ahuyentara la mala onda del vestuario local y, así, le permitiera al equipo escapar del descenso en la Liga Mexicana. Pero algo falló: en su afán por cumplir con su tarea, el sacerdote terminó prendiendo fuego el lugar. Insólito, sí.
Todo ocurrió el último domingo, horas antes de que los Tiburones, donde juegan los argentinos Daniel Villalba y Cristian Menéndez, recibiera a los Xolos de Tijuana que dirige otro compatriota: Diego Cocca. Cuando las puertas del estadio Luis Fuentes aún permanecían cerradas, un directivo le abrió las puertas a un cura amigo. Y si bien no le pidió un milagro, sí le solicitó una manito celestial.
Concentrado en su objetivo, el clérigo comenzó a recorrer el lugar. Se detuvo en los casilleros de los futbolistas, en la zona que habitualmente ocupa el cuerpo técnico y se ocupó de ventilar el ambiente. Luego de unos minutos de rezos, comenzó a prender velas en distintos puntos del camarín. Y ahí sí, cerró la puerta y dio por finalizada su tarea.
Los dirigentes, felices, se abrazaron. Y cuentan que hasta llamaron a Guillermo Vázquez Herrera, el técnico del equipo, para avisarle que estaba todo listo para comenzar con la remontada. Pero no fue tan así. Adentro del vestuario, algo ocurrió con las velas, que iniciaron un pequeño incendio.
En ese momento, la desesperación le ganó al deseo de no descender. Y fue necesaria la intervención de los bomberos para controlar las llamas. Lógico, las pérdidas materiales fueron muchas. Tanto que al llegar al estadio, el plantel no pudo utilizar el vestuario: los llevaron al gimnasio del club para realizar la entrada en calor y recibir la charla técnica.
Lo positivo para los hinchas del Veracruz es que si bien el inicio del encuentro se demoró media hora, finalmente el equipo ganó 1 a 0 y logró un poco de aire en su pelea por seguir en Primera. Habrá que ver qué pasa con el sacerdote sanador: si lo llaman para el próximo partido o prefieren jugársela sólo con el fuego interno de cada futbolista.