Todavía con el recuerdo fresco del desastre de 2017, cuando se mezclaron los sobres y por algo más de dos minutos La La Land: una historia de amor fue la mejor película -cuando la ganadora era en realidad Luz de luna-, sumado a las denuncias de acoso y abuso sexual que sacudieron Hollywood durante los últimos meses y los movimientos que surgieron de allí como #Metoo y Time's Up, la 90a. ceremonia de entrega de los premios Oscar prometía ser una noche repleta de momentos inolvidables. Especialmente porque se sabía que la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas tenía preparado un espectáculo que tendría muy presente su legendario pasado. Y que cumplió lo prometido, premiando como mejor película a La forma del agua . Era el film más nominado, con trece menciones; finalmente se quedó con cuatro: mejor película, director, diseño de producción y banda de sonido.
Desde el principio, con el monólogo del conductor Jimmy Kimmel quedó claro que más allá de la lucha por la igualdad femenina y las referencias al infame productor Harvey Weinstein -expulsado de la Academia tras cientos de denuncias por acoso y abuso sexual en su contra-, el acento de la fiesta estaría puesto en la historia de los premios, su pasado glorioso, su presente turbulento y su futuro potencialmente más inclusivo. Y en los espectadores, que hacen todo posible. Por eso, cuando la ceremonia llevaba dos horas de marcha, Kimmel reclutó a Gal Gadot, Mark Hamill, Ansel Elgort, Emily Blunt y Guillermo del Toro para visitar una sala de cine en la vereda de enfrente y repartir golosinas entre el público. Hasta tuvo la ayuda de uno de los presentes para anunciar lo que vendría a continuación.
También pensando en el público frente al televisor, los productores se propusieron intentar acortar la extensa fiesta al ofrecer un jet ski, exhibido sobre el escenario por Helen Mirren como ocasional modelo, al ganador que diera el discurso más corto de la noche. El primer aspirante a dueño de la moto acuática fue Sam Rockwell que, para sorpresa de nadie, se llevó el premio al mejor actor de reparto por su trabajo en Tres anuncios para un crimen.
Inclusión, diversidad y tradición fueron los tres pilares sobre los que se construyó la noche de los premios de la Academia que consiguió equilibrar todos esos elementos sin descuidar ninguno ni olvidarse de su misión principal: entregar estatuillas.
A la hora de los premios principales no hubo demasiadas sorpresas. Los pronósticos se cumplieron con La forma del agua y también con Allison Janney , que se quedó con el premio a mejor actriz de reparto por su trabajo en Yo soy Tonya (se estrena el jueves en la Argentina), con Gary Oldman como mejor actor por Las horas más oscuras. Y, por supuesto, con Frances McDormand , que además de ganar como mejor actriz por Tres anuncios por un crimen protagonizó uno de los momentos más impactantes de la noche, cuando le pidió a todas las nominadas que se pararan y anunció a quien quisiera escucharla en los estudios de Hollywood que todas tienen historias que quieren contar.
Antes, James Ivory se convirtió con 89 años en el ganador de mayor edad en la historia de estos premios al ganar la estatuilla al guión adaptado por Llámame por tu nombre .Mientras que Jordan Peele hizo historia al ser el primer hombre negro en llevarse el galardón de guión original por ¡Huye! . "Me voy a perder el jet ski", advirtió en broma Peele cuando subió a recoger su premio. Y, más en serio, a tono con los objetivos de la fiesta, le agradeció al público que había ido a ver su película.
Para confirmar el carácter histórico y excepcional de la ceremonia en la categoría de documental ganó Icarus, el film producido por Netflix sobre el escándalo del doping cometido por la asociación de deportes rusa. Así, el servicio de streaming consiguió su primer Oscar (ya tenía ocho nominaciones), una señal de que la industria del cine por fin está en camino de aceptar los cambios en los modos de producción y distribución que impulsaron las plataformas de contenidos online.
En una entrega que celebró la diversidad de los nominados y el intento de la industria de ser más inclusiva, uno de los momentos más representativos-además de las constantes referencias al éxito de taquilla de Pantera negra-, fue la interpretación de "Recuérdame", el tema musical de Coco que más tarde ganaría como mejor canción que, como la película de Pixar, celebró la tradición mexicana del día de los muertos e incluyó la interpretación de Miguel, Gael García Bernal y Natalia Lafourcade.
Ese segmento musical y bilingüe casi pareció un anticipo de lo que vendría unos minutos después cuando, en otro momento histórico de la ceremonia, los Oscar empezaron a hablar castellano. Todo comenzó con la legendaria actriz portorriqueña Rita Moreno, ganadora en 1963 del Oscar a mejor actriz de reparto por Amor sin barreras, la encargada de entregar el premio a mejor película extranjera a la chilena Una mujer fantástica, de Sebastián Lelio, el primer largometraje de ese país en ganar un Oscar. Su protagonista, la actriz trans Daniela Vega, luego presentó la canción original de Llámame por tu nombre, "Mystery of Love". Y fue Oscar Isaac , con su grito de "Viva Latinoamérica", quien le puso el broche de oro al inolvidable pasaje cuando le tocó abrir el sobre de la categoría de mejor película de animación y resultó que la ganadora eraCoco, la favorita.
A diferencia de lo que sucedió en los Globo de Oro y el premio del sindicato de actores, en los que la iniciativa Time's Up acaparó los discursos de agradecimientos de las ganadoras pero quedó separada del resto de las ceremonias, en la gala de los Oscar, el tema formó parte fundamental del relato. Ashley Judd, Anabella Sciorra y Salma Hayek, tres de las actrices que denunciaron los abusos de Weinstein, se subieron al escenario para presentar un corto dedicado a todas las minorías en el que Mira Sorvino , Jordan Peele, Ava Duvernay, Dee Rees, Greta Gerwig , Kumail Nanjiani y Geena Davis , entre otros, abocaron por la igualdad de oportunidades y la multiplicidad de voces en la industria del cine.
Casi pidiendo que alguna vez le ofrezcan conducir la ceremonia, Sandra Bullock se ocupó de hacer entretenido uno de los premios, dirección de fotografía, que muchos pasan por alto. Jugando con las luces del escenario, Bullock abrió el sobre para darle el premio a Roger Deakins, que estuvo nominado en trece ocasiones hasta que recibió el Oscar este año, por su trabajo en Blade Runner 2049.
AP