No pudieron evaluar los daños del terremoto que afectaron la semana pasada a México. El helicóptero que trasladaba a los funcionarios, militares y periodistas hacia el estado de Oaxaca se precipitó a tierra antes de llegar a destino. En el accidente, el ministro de la Gobernación salió ileso, pero otras 13 personas perdieron la vida.

El velatorio de una de esas víctimas fatales se realizó en una casa de Jamiltepec. El lugar no resultó ser una buena elección si los deudos pretendían vivir el dolor de la pérdida en la intimidad. La torpeza de los soldados que transportaban el ataúd fue virilizada en un video que puede herir la sensibilidad de las personas.



Compañeros de armas del muerto se ofrecieron a llevar el cajón hasta el auto que lo trasladaría posteriormente hacia el cementerio. Cuando lo bajaron por las escaleras, el féretro se les escapó de las manos. Como consecuencia del descuido, se abrió la tapa y el cadáver quedó tirado en el piso, ante el llanto angustiante de los familiares.

De inmediato, se acercó gente para ayudar a los oficiales. Luego del momento de extrema congoja, el difunto fue enterrado minutos más tarde en un cementerio local.