Después de más de una hora de entrenamiento con David Ferrer, Rafael Nadal se presentó ante la prensa en el Argentina Open. Aún debe esperar para saber contra quién será su estreno, directamente en la segunda rueda; podría ser contra Juan Mónaco, su amigo y adversario en la final del año pasado. Vestido de amarillo, el número 5 del mundo respondió a todas las inquietudes y dejó su opinión sobre varios aspectos.

Las razones de su regreso a Buenos Aires

"Estoy con la máxima ilusión por jugar acá. Estoy agradecido a Buenos Aires y a la Argentina, porque cada vez que estuve aquí me hicieron sentir como un argentino más, siempre me fui de acá con una inyección de energía positiva y esa clase de cosas me ayudaron a tomar la decisión de estar de nuevo aquí otra vez. Por otro lado, uno tiene que hablar claro: si el resultado era mejor en Australia, no estaría aquí. El calendario ya es suficientemente duro para seguir añadiendo torneos y en este año Buenos Aires no estaba en mis planes, pero desde el primer minuto que perdí en Australia, en mi cabeza estaba volver aquí. No veía una solución mejor, porque me siento cómodo en esta ciudad en la que tengo amigos y con el público tengo una conexión inmejorable. Con todo eso, sumado a que es un torneo sobre tierra batida, la decisión no fue nada complicada".

El nivel del Argentina Open

"Es una alegría para los que lo organizan, para la ciudad, para los seguidores. La Argentina es un país que ama el tenis y tener un torneo con tantos jugadores de alto nivel es una noticia muy buena. Hay que felicitar al torneo y al país por tener un evento de esta magnitud y que vengan grandes jugadores. Para mí es una motivación para llegar bien preparado y con la ilusión de hacer un buen torneo".

La categoría de Djokovic

"Para alcanzarlo hace falta un poco de todo. Para que uno baje, se tiene que sentir apretado; es difícil que pierda la mecánica si no le pasa nada extradeportivo y la verdad es que a Djokovic no le pasa nada, hoy es sin duda el mejor y hay que felicitarlo por todo lo que está haciendo. Nosotros tenemos que estar mejor de lo que estamos; en lo personal, yo tengo que estar mejor de lo que estuve el año pasado para ponerme en situación de competir".

Su nivel actual, respecto de otros años

"No creo en las comparaciones, nunca han sido buenas, ni cuando las cosas van bien o cuando están menos bien. Por ahí, mi temporada pasada era mala y terminé como número 5 del mundo. Después, las cosas salen mejor o no. En Doha salieron bien, pero no fue así en Australia. Uno tiene que aceptar las cosas que se vengan, y trabajar con ilusión por lo que vaya a pasar. Lo del Abierto de Australia -una derrota contra Fernando Verdasco en la primera rueda- fue un accidente, algo que no me gustó, pero ya no lo puedo solucionar, sólo puedo ocuparme de lo que haga aquí en adelante. Por ahora, sigo trabajando de la misma manera porque siento que estoy en el camino correcto. Estoy preparado para luchar, para hacer una buena temporada y dar lo mejor de mi o al menos intentarlo".

La motivación

"Cada año es diferente. No hay dos temporadas iguales, y yo estoy con ilusión por este torneo, por el próximo en Río de Janeiro. Mi motivación crece día a día. Desde el torneo de Montreal -el año pasado- hacia adelante me sentí bien, cómodo dentro de la cancha, y hasta Doha los resultados fueron muy buenos, sobre todo porque llegaron en superficies que no son sencillas para mí. No tuve un día adecuado en Australia y el rival me ganó, pero hay que seguir trabajando con la ilusión y la energía que tuve durante estos últimos meses. Llevo una línea muy positiva. Si bien las sensaciones son distintas en cada temporada, el fin es el mismo: pelear por los grandes torneos y terminar lo más arriba posible.

Los Juegos Olímpicos, tras su ausencia en Londres 2012

"No sería una revancha porque nunca tuve espíritu de revancha en la vida; es algo malo y que distorsiona la realidad y te descentra. Lo de 2012 fue un momento complicado. De todo lo que me he perdido, fue de lo más duro no competir allí, porque uno tiene muy pocas oportunidades de competir en los Juegos; yo sólo tuve una oportunidad en mi carrera de jugar en buenas condiciones [cuando fue campeón en Pekín 2008]. En Londres iba a ser abanderado, era un lugar cercano al que vivo, y poder vivir todo lo que significa las Olimpíadas, estar en la Villa Olímpica, son cosas que no tienen precio, son únicas e inolvidables. Me dañó no vivir ese momento. Por otra parte, los Olímpicos no son un evento que podamos preparar a conciencia; hay deportes que se preparan durante todo el año, pero nosotros tenemos un calendario y tratamos de llegar lo mejor posible".